El fútbol español sigue dando pasos rumbo a un saneamiento económico que parecía impensable hace apenas unos años, cuando el riesgo de quiebra era evidente y la situación de muchos de los clubes, crítica. El último de estos avances apunta a la deuda adquirida con los jugadores. Deuda, se podría decir, hoy inexistente.
Publica este lunes el diario As un informe de la LaLiga en el que se revela que este verano apenas hay seis equipos denunciados dentro de siete denuncias por valor de 189.959 euros. Denuncias que, en realidad, no son por impagos como tales, sino por diferencias de interpretación de contrato.
Es decir, que un número mínimo futbolista creen que hay ciertos apartados (primas, cláusulas y demás...) que sus clubes no les han pagado. No se tratan de denuncias propiamente dichas por impagos o por salarios no abonados durante meses e incluso años, como sucedía hace no tanto.
Este informe analiza la evolución de este problema desde la temporada 2010-2011, cuando la deuda de los equipos con sus jugadores era de 89 millones de euros. Había 28 equipos denunciados y 341 jugadores presentaron denuncias por este concepto.
Así, poco a poco, y con los controles económicos de LaLiga, se ha ido frenando esta sangría.
En 2012, por ejemplo, ya se pasó de 89 millones de deuda a 17. En 2013 creció hasta los 22 millones. Se mantuvo en 2014 y en 2015 volvió a bajar a 17 millones y finalmente, este verano, ha quedado liquidada.
Entre tanto, cabe recordar que ya no hay clubes con limitaciones en sus fichajes por tener este tipo de deudas. El Sporting de Gijón fue el último equipo de la máxima categoría que ha visto levantado este veto.
De esta manera, se evitan descensos de categoría (como le sucedió al Elche) e incluso huelgas como las que hace cuatro temporadas frenaron el inicio del campeonato.
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