
Javier Mascherano es uno de esos futbolistas con algo más que galones en el seno de un vestuario tan cargados de egos como es el del FC Barcelona. Su mote, el 'jefecito' no le viene de casualidad. Ahí, en el interior del cambiador manda. Y manda mucho. Más que 'jefecito' es un 'jefazo' capaz de imponer su autoridad moral a cualquier estrella, aunque sea una de las más complicadas de manejar, aunque se llame Neymar.
Este miércoles el periodista Javi Miguel reveló en el programa de Catalunya Radio 'El Club de la Mitjanit' que, tras la eliminación de los blaugrana en Champions League, el argentino abroncó de manera dura al brasileño en el interior del vestuario culé.
Allí, en las tripas del Vicente Calderón, el '14' ridiculizó a su compañero y le dejó clara su opinión: "¡Deja de ser tan egoísta, piensa más en el equipo!", afirma Miguel que le dijo con todo el vestuario presente.
Aquella noche, como le venía sucediendo desde que regresó de su escapada fiestera a Brasil, Neymar no mostró su mejor versión. Es más, enseñó una cara por momento mezclada entre la apatía de verse superado, la impotencia de no poder romper la barrera del Atlético y el pensamiento de que él solo podría solucionar la eliminatoria con alguna jugada de genio.
Pero esta vez no le funcionó. Y eso le valió la reprimenda de un futbolista al que casi nadie se atreve a replicarle y que incluso es capaz de tener influencia directa en Messi, al que le une una magnífica relación con tintes paternalistas.
Recordemos que fue él, Mascherano, quien 'aconsejó' a Messi que celebrara un gol con Guardiola en el último partido del de Santpedor como entrenador en el Camp Nou. Entonces la relación entre técnico y estrella no era la mejor, pero 'Masche' logró lo imposible. Hubo abrazo.
¿Funcionó esta vez la bronca a Neymar? Viendo los resultados, bien se podría decir que sí. Después de aquello el Barça cayó ante el Valencia, pero luego inició una magnífica racha de resultados que le ha llevado a seguir imparable rumbo a la consecución del título de Liga. Una racha en la que Neymar ha sido clave con tres goles y, sobre todo, una actitud más generosa que en duelos anteriores.