Fútbol

UEFA indigna a Real Madrid y Atlético: solo les concede 19.500 entradas y se queda 44.000

  • La capacidad definitiva será de 71.500 espectadores
  • Los finalistas se quedarán con 19.500 entradas
Así lució el estadio de Da Luz en la final de 2014; entonces Madrid y Atlético se quedaron 18.000 entradas. Imagen: Reuters

La UEFA ha provocado una gran sensación de malestar en los dos finalistas de la Champions League. Durante la primera reunión celebrada ayer en Milán con vistas a organizar todos los detalles de la gran cita, el organismo informó a Real Madrid y Atlético de Madrid que contarán solo con 18.000 entradas, esto es, las mismas que en la final de Lisboa celebrada hace dos años. El problema es que este curso la final se organiza en San Siro, un estadio que cuenta con 20.000 localidades más que Da Luz. El recinto donde juega como local Inter y Milan dispone de 80.000 localidades aunque el organismo de fútbol europeo reducirá el aforo a 71.500 espectadores por motivos de seguridad. Las cuentas, por lo tanto, están claras: UEFA pretende quedarse con 44.000 localidades y repartir las otras 36.000 restantes entre ambos clubes.

Frente a semejante desaire, informa el diario As, los clubes españoles han movido ya pieza y se han puesto en contacto con Ángel María Villar, presidente de la Federación Española (RFEF) y presidente en funciones de la UEFA, para que cambie algo.

El objetivo de ambos clubes es que les otorguen 25.000 entradas, de tal forma que UEFA se quedaría con 30.000 para vender en las taquillas de Milan (un porcentaje mínimo) y repartir entre sus patrocinadores (la gran mayoría).

En la última final disputada en este estadio, la de 2003 entre Bayern y Valencia, cada club dispuso de 23.000 asientos.

Finales con gradas vacías

Este incidente no hace más que disparar las críticas hacia un organismo, la UEFA, que ya ha sido objeto de polémica en cursos anteriores por cuestiones similares.

Así, por ejemplo, en las dos últimas ediciones de la final de la UEFA Europa League se pudo ver cómo los espacios centrales de los estadios donde se disputaron estaban vacíos. Esas localidades se correspondían con entradas que la UEFA regaló, pero cuyos poseedores no acudieron al estadio.

Los clubes que participaron en estos encuentros (y en especial el Sevilla), se quejaron por entender que perjudicaron a sus aficionados con tal de favorecer los intereses particulares del organismo, aunque ello supusiera dejar espacios vacíos.

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