En el minuto 84 de partido, Cüneyt Çakir pitó penalti a favor del Atlético de Madrid. Con 2-1 en el marcador, transformar el tanto habría significado la clasificación casi inmediata del equipo rojiblanco a la final de la Champions, pero Fernanto Torres marró la ocasión, enviando la pelota a las manos de Manuel Neuer.
Ahí empezó la agonía del delantero de Fuenlabrada, que desde ese momento estuvo con el corazón en un puño por las posibles repercusiones del fallo desde los once metros. Por su mente, según recoge El Mundo, pasaron las imágenes del penalti una y otra vez. No quería ser el responsable de la derrota atlética, de la eliminación. No se lo habría podido permitir.
"Lo único que pensaba era que no marcaran", confesaba después en una entrevista a pie de césped. Gabi fue el encargado de recoger la pelota para lanzar el penalti, pero Torres reclamó para él la responsabilidad. El capitán accedió, y eso sólo acrecentó la angustia del '9'.
Habría sido demasiado para un jugador que ya se sintió muy culpable en Barcelona, cuando Felix Byrch le expulsó en la ida de cuartos en el Camp Nou. En esa ocasión, el delantero acabó llorando en el vestuario visitante, sabedor de que su exceso de ímpetu había perjudicado al bloque.
Como en Barcelona, el resto de la plantilla salió al rescate de uno de los referentes del vestuario. Por ejemplo, Koke, su mayor asistente: "El trabajo que hace Fernando es espectacular". El delantero, ya aliviado en la zona mixta del Allianz, devolvía el cariño: "Estoy muy orgulloso de mis compañeros". Ellos habían puesto punto y final a una agonía de 12 minutos que se le hicieron eternos a 'El Niño'.
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