No porta el brazalete de capitán, ni es el que más gritos da. Tampoco es la persona de más carácter, ni la que más juega, ni la que más cobra. Sí es, sin embargo, una de las más influyentes en un vestuario complicado y exigente en lo referente a las relaciones sociales y las jerarquías.
Cuenta El Mundo que el de Zadar se ha convertido en uno de los líderes del vestuario del Real Madrid. No es Sergio Ramos, no es Arbeloa, no es Cristiano...pero a su manera, se ha impuesto como uno de los baluartes de la plantilla. De una plantilla que, en caso de duda, le consulta. Que tiene en cuenta su opinión. El croata es una especie de oráculo que expone su genio cuando las cosas no salen bien.
Los trabajadores de Valdebebas saben que aunque no es el futbolista más pasional de los que habita el cambaidor blanco, sí muestra su carácter si hay algo que le incomoda o le desagrada. Bien lo sabe Isco, con el que tuvo un encontronazo en Anoeta a raíz de una jugada en la que el malagueño no ayudó a la fluidez del juego.
En lo que se refiere precisamente a eso, el juego, el '19' ofreció una clase magistral en el campo de la Real Sociedad. A partir de sus botas surgió el caudal de fútbol del equipo. Asumió la responsabilidad en un momento complicado, distribuyó, movió el baló, dirigió las operaciones...y el resultado fue el 0-1.
El autor de ese gol, Gareth Bale, es una de las personas que más se aprovechan de la influencia de Modric. Unido a él tras el paso por el Tottenham, ha encontrado en el mediocentro a un compañero ideal, alguien con el que adaptarse en la medida en que su carácter tímido se lo permite. Lo mismo ocurre con Mateo Kovacic, al que le une el idioma.
Por múltiples razones que van mucho más allá de lo deportivo, Modric va ganando enteros como un capitán en la sombra. Su dictadura en cuanto a lo deportivo ya es patente a pesar de su perfil bajo. Y el Real Madrid quiere que esto siga siendo así pormucho tiempo.
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