Luis Enrique niega que haya problema alguno con Dani Alves. Que todo va bien. Que es mejor mirar la vida con optimismo como lo hace Alves que estar todo el día amargado. Sin embargo, sus actos parecen decir algo totalmente diferente. Sí que hay problemas con Alves. Por eso lo protege cada vez que juega en el Camp Nou.
Porque se ha dado la paradoja que en los últimos dos partidos de los culés en casa el brasileño no ha saltado al once, sino que se ha quedado fuera de la alineación. Ante Valencia y Sporting fue Sergi Roberto el encargado de ocupar el costado diestro de la zaga.
Ambas suplencias han llegado justo después de que el '6' blaugrana publicara el famoso vídeo en el que, con una peluca, imita a su chica para automandarse ánimos justo después de caer frente al Atlético de Madrid en la Champions League.
Aquella manera de frivolizar con un asunto tan serio para los culés trajo cola. Y así, para evitar que el Camp Nou se cebe con uno de los suyos y, de paso, enturbie el ambiente de un equipo tocado en lo anímico, Luis Enrique lo ha sentado en el banco.
Todo lo contrario ha sucedido cuando, lejos de la Ciudad Condal, Alves ha sido titular. En Riazor, por ejemplo, disputó todo el partido.
Es cierto que ya el sábado, frente a los asturianos, Alves jugó toda la segunda parte para darle más profundidad a un equipo que entonces ganaba sólo 1-0 entre algún que otro rumor e incluso pitos nacidos desde las gradas.
Cuando el cambio se anunció por megafonía, el respetable aún no estaba sentado en sus asientos, muchos aficionados estaban en las entrañas del Camp Nou mientras que la reacción del resto fue de una división tímida de opiniones.
Aplausos por un lado, pitos por otro, sin estruendos. Nada más. Fue así como Alves ingresó en el césped, jugó y provocó el primer penalti que marcó Luis Suárez. Ya sólo queda otro partido en el Camp Nou (Espanyol). Habrá que ver si en él también juega Sergi Roberto o si Alves lo hace desde el inicio.
