Nicola Rizzoli, árbitro del Atlético de Madrid - FC Barcelona correspondiente a la ida de cuartos de final de la Champions League, protagonizó una actuación polémica después de no señalar en el 91' como penalti una mano de Gabi, capitán rojiblanco, dentro del área, después de un pase de Iniesta. El italiano entendió que fue fuera. Sin embargo, no fue el único error del trencilla. Minutos antes debió haber expulsado al propio Iniesta en la jugada del penalti que supuso el 2-0 para los colchoneros.
El manchego paró con su extremidad y dentro del área un pase de Filipe Luis que habría dejado sólo delante de la portería a Griezmann. Rizzoli sí que indicó el lanzamiento desde los once metros, pero sólo mostró cartulina amarilla y no echó a Iniesta.
Según varios colegiados consultados por Isaac Fouto, periodista especializado en arbitrajes de la Cadena Cope, la decisión debió haber sido la de mostrarle la roja toda vez que se dan cuatro de las cinco circunstancias que, reglamento en mano, deben darse para mostrar mandar al vestuario a un futbolista en una acción de este tipo, a saber:
1.- La distancia entre la infracción y el portero. La mano de Iniesta se produjo apenas a cuatro metros de distancia de Ter Stegen, su portero.
2.- Dirección del juego en el momento del pase. Iniesta intercepta el balón en la dirección en la que se estaba dirigiendo la acción principal del partido.
3.- El lugar y el número de defensores presentes. Iniesta era el último defensor que se interponía entre el esférico y Griezmann. No había ninguno más suficientemente cerca del francés como para evitar su remate.
4.- Evitar una ocasión manifesta de gol. Griezmann se quedaba sólo ante la meta del Barça en caso de que no hubiera mediado la mano de Iniesta.
La quinta circunstancia que no se da es la de que el jugador atacante, en este caso Griezmann, tuviera controlado el balón.
Ésta es una captura del instante después de que Iniesta toque el balón con la mano.
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