
Fernando Torres, delantero del Atlético de Madrid, comenzó su noche en el Camp Nou brillando como hacía tiempo que no lo hacía. El de Fuenlabrada perforó la portería de Ter Stegen después de un gran pase de Koke y puso contra las cuerdas al Barça como lo había hecho ya en tantas ocasiones anteriormente. De sus botas han salido once goles al conjunto blaugrana. El Niño se veía en una nube de euforia.
Se estaba saliendo e incluso parecía que su equipo pudiera sentenciar la eliminatoria en el mismísmo feudo del vigente campeón. De hecho casi lo consigue cuando, en un pase profundo del propio Torres a Griezzman, el francés casi logra el 0-2. Solo la rápida intervención del guardameta blaugrana lo evitó. El Atlético tenía bailando en sus manos a todo un Barça. Sí, estaba siendo una gran noche, debió pensar el ariete madrileño.
Fue quizá el subidón de esa superioridad el que forzó su sorprendente transformación. De héroe a villano en apenas seis minutos, los que pasaron del 29' al 35', cuando vio las dos tarjetas que lo mandaron a la calle. En ambas prevalece por encima de todo una impresión: Torres iba pasado de vueltas y descontrolado, sin freno y a lo loco.
En ambas cartulinas, especialmente en la segunda, se puede discutir la justicia de una decisión que lastró el partido, pero lo que parece claro es que Torres arriesgó cuando frenó a Neymar con una falta no del todo necesaria en la medular o cuando presionó a toda velocidad a Busquets en una salida inocente de balón culé.
No son pocas las voces críticas que en el seno del Atlético de Madrid lamentan a partes iguales la decisión del colegiado y también el exceso de fogosidad de su estrella. Él mismo reconoció tras el partido que se había equivocado.
Primero, ante sus propios compañeros. Torres entró al vestuario llorando y pidiendo perdón. Luego, a través de las redes sociales, reiteró el mensaje que, por último, lanzó a los medios: se sentía responsable por lo sucedido.
"En lo personal estoy muy triste y me siento muy responsable. Con once habría sido diferente. Es una situación complicada para mí. Es uno de mis peores días como futbolista", afirmó sabedor quizá de que su exceso de frenesí condenó a su equipo al menos en el partido de ida, veremos la semana que viene si también en el global de la eliminatoria.