
Keylor Navas lo ha vuelto a hacer. El portero del Real Madrid completó ayer, frente a la Roma, un partido épico en el que fue, de nuevo, uno de los mejores de su equipo. No sólo eso. También mantuvo a cero su portería. En Champions aún no ha encajado ni un sólo tanto y eso ya supone per se un récord histórico en la competición. Titulares que hablan de un arquero de talla mundial. Un portero que parece construir un muro ante sus dominios día sí, día también. Muro inútil si se tiene en cuenta su futuro. En el Bernabéu siguen empeñados en fichar a David de Gea, una incorporación que supondría la salida del costarricense. A día de hoy, casi nadie en el Bernabéu alberga la opción de una posible convivencia entre uno y otro en la meta.
Las posturas entre United y Real Madrid para la salida del ex del Atlético de Madrid están, apuntan algunas informaciones, casi cerradas. Dicho de otro modo, sólo una sorpresa mayúscula evitaría a De Gea vestido de blanco el curso que viene.
Es, insisten en la capital, el portero con más futuro y potencial de España y de Europa. Ya lo era le curso pasado, alegan en la zona noble. Sólo el lío del cierre del mercado estival evitó verlo en Concha Espina y a Navas en Old Trafford.
Los caprichos del fútbol quisieron que éste último gozara de una segunda oportunidad con una segunda temporada de blanco donde está siendo un hombre más que vital. Quién sabe dónde estaría el Real Madrid si no hubiera evitado las derrotas que ha salvado.
Ayer, por ejemplo, la estadística de la UEFA le otorgó cuatro paradas de las cuales dos fueron fundamentales. Ambas se dieron en la segunda parte. Una, tras un córner que remató Manolas y que paró con la pierna derecha. Otra, a un remate de Florenzi.
¿Y en el resto de ocasiones de la Roma? Porque los italianos se plantaron delante de su meta en, al menos, otras cuatro claras ocasiones, con especial mención a Salah, que protagonizó dos de las más peligrosas. Y las dos se marcharon desviadas por poco. También el remate de Dzeko en la primera parte no cogió puerta. Suerte, pareció. Pero la suerte, dicen los puristas de la portería, también se gana con la capacidad de un arquero de tapar meta. Y eso hizo ayer a la perfección el propio Navas, maestro en refejos y en cubrir espacios.
Y cuando no llega a la meta, los palos hacen el resto. No es que tenga superpoderes, es que precisamente por achicar tanta visión a sus contrarios, les fuerza o bien a echar los balones lejos de la meta (como pasó con los ejemplos anteriores) o mandarlos a la madera, como sucedió ayer con el argentino Perotti, ya con 2-0 en el marcador.
Intervenciones sublimes, con todo, siguen sin garantizarle la continuidad el curso que viene frente a un David de Gea que también se luce en la Premier y que, a día de hoy, sigue siendo el escogido para ocupar la meta el curso que viene.