
La alineación del Real Madrid ante el Levante fue un once plagado de interpretaciones. Interpretaciones limitadas, sí. Las bajas por lesión o sanción impidieron a Zidane ejecutar la 'revolucion' que tenía previsto ejercer tras el derbi para 'castigar' a algunas de sus estrellas. Con todo y con eso, el francés tuvo margen de maniobra para realizar cambios que pudieran ser entendidos como mensajes para sus protagonistas y el público. En este sentido, muchas miradas se centraron en Isco y James. Los dos fueron señalados tras caer contra el Atlético e incluso el club filtró que tenían las puertas abiertas para salir por falta de actitud. Finalmente Zidane decidió 'indultar' a James y darle la titularidad (Isco fue al banquillo, algo que no le sentó muy bien).
El colombiano, sin embargo, no cumplió con esa confianza y volvió a ofrecer una imagen muy, muy alejada a la que el madridismo espera de él.
Un fracaso que se produjo precisamente en el estadio en el que James sacó una de sus notas más altas el curso pasada.
Fue en 2014, el Citutat de Valencia donde ofreció un partidazo en plena tormenta de victorias merengues con Ancelotti al frente. Hoy todo ha cambiado. El '10' es otro futbolista. Impreciso, lento y, sobre todo, desconectado del ritmo y la intensidad que se le supone a un jugador merengue.
Zizou lo ubicó por momentos pegado a la banda como volante zurdo (cuando el Real Madrid jugaba con 4-4-2) o como interior izquierdo (cuando el Real Madrid fabricaba con 4-3-3).
Desde ese espacio se entendió bien con sus compañeros (tuvo un 89% de efectividad en el pase), pero apenas supo generar asistencias. En la segunda parte dejó una muy clara a Cristiano, pero fue la más destacada. No hubo muchas más.
Tampoco estuvo acertado en el regate o en el centro. De los seis que puso ninguno acabó con éxito. Tampoco le fue bien en los córners. Puso cuatro y uno solo logró su objetivo y acabó en ocasión merengue.
Una producción ofensiva que tampoco fue fructífera cuando el propio James trató de buscar la meta rival. Tiró en dos ocasiones y ambas fueron atajadas sin problemas por Mariño.
El naufragio en ataque también lo fue en defensa. James no presionó como gusta a un Zidane que en el derbi se desgañitó pidiendo que tratara de hacer su trabajo para frenar a los rivales.
La comparativa con Lucas Vázquez
En esta ocasión, además, destacó el contraste que generó con Lucas Vázquez. El canterano fue el mejor del Real Madrid (con mención aparte para Keylor Navas) gracias a su sacrificio en defensa y en ataque.
Además de convertirse en el futbolista merengue que más corrió con más de 12 kilómetros, también fue una tortura para el costado izquierdo de la defensa granota.
Provocó el penalti del 1-0 y acabó el duelo acalambrado frente a un James que se marchó al banquillo en el 79, agotado pese a no dar muestras del mismo recorrido que tuvo su compañero y sin demostrar con un buen encuentro que está en condiciones de ganarse una titularidad indiscutible.