Keylor Navas mostró ayer su versión más desenfadada en el programa de televisión El Hormiguero. En el habitual tono distendido de este espacio televisivo, el 'tico' fue preguntado sobre la actualidad del Real Madrid, y por supuesto, el cambio en el banquillo. El portero dio una respuesta llamativa.
"Todos somos conscientes de que había que tomar un respiro, estábamos haciendo las cosas mal", dijo, cuando se le preguntó por el impacto de la llegada de Zinedine Zidane al banquillo en lugar de Rafa Benítez. Al igual que otros muchos miembros de la plantilla, el portero clavó una banderilla más al que fue su entrenador hasta hace tres semanas.
El caso del cancerbero difiere del resto de jugadores que, a pesar de no declarar públicamente su distanciamiento con Benítez con contundencia, sí dejaba claro que sus métodos y su libro de estilo no encajaban con sus preferencias. Porque, entre portero y técnico sí hubo una complicidad que tuvo su origen en el famoso episodio del fax con la 'operación De Gea'.
La última jornada del mercado de fichajes del pasado verano fue complicada para un Keylor Navas que, sin querer abandonar el Real Madrid, fue obligado a marchar con dirección Mánchester, al United de Louis Van Gaal. Fueron momentos duros para un jugador que llegó a embarcar en un avión y firmar un contrato para después quedarse en Madrid.
En esos momentos, la tensión provocó que, al llegar a casa, el portero estallase en llanto, fruto de la incertidumbre del momento. Pues bien, antes y durante todos estos trances duros para el meta, estuvo Rafa Benítez. El técnico acompañó en todo momento a su jugador, le prestó apoyo y le consoló en circunstancias de cierta soledad para él.
El propio Benítez dejó constancia de esta cercanía cuando, días después del trance, reconocía en rueda de prensa que estuvo junto al costarricense: Lo único que puedo decir es que estuve cenando con Keylor, su mujer y su agente el día del cierre del mercado y todo estaba clarísimo".
La complicidad entre portero y técnico alcanzó en las semanas siguientes sus cuotas más altas, justo cuando el rendimiento del meta fue asombroso. Con el paso del tiempo, y al igual que el resto del plante, fue desapareciendo. Hasta el punto de llegar a lanzar un 'recado' al que fue su fiel escudero en una de sus etapas más complicadas en el Real Madrid.
"Hay que correr más"