La autoridad del FC Barcelona sobre algunos de sus integrantes empieza a estar algo en entredicho. En las últimas horas, desde las oficinas del Barça se ha tratado de mediar en asuntos espinosos vinculados con Luis Enrique, Piqué o Alves pidiendo a sus protagonistas que modificasen sus comportamientos. Ninguno de ellos ha hecho caso de las peticiones procedentes de las oficinas blaugrana.
Cuenta el diario Marca que, en el caso del entrenador, existe malestar por su ausencia por su ausencia en la gala del Balón de Oro que el pasado lunes se celebrón en Zúrich. Luis Enrique no aclaró el motivo real de su ausencia, aunque desde la ciudad condal se ha filtrado que era por su desacuerdo con este tipo de premios. No le gustan. No se siente cómodo.
En el Barça trataron de convencerlo hasta el último segundo, pero Lucho se negó a acudir, lo que hizo que Robert Fernández, director deportivo, y Josep María Bartomeu, tuvieran que dar la cara por él. Entiende desde el Camp Nou que un gesto así resta imagen a un Barça que, además, era claro favorito a arrasar en la gala.
En el caso de Piqué el club ha tratado en varias ocasiones de frenar su forma de expresarse en redes sociales. No es un intento de mermar la libertad de expresión del futbolista, sino de evitar que caiga en provocaciones innecesarias que generan problemas y que incluso han hecho que el Comité Antiviolencia estudie sus mensajes por poder constituir provocaciones o incitaciones a la violencia.
Piqué, sin embargo, y al igual que su técnico, no ha hecho caso de un asunto que viene de largo. Ya en la era Guardiola, el técnico de Santpedor le pidió que se controlase a este respecto, pero entonces el defensa tampoco siguió este consejo.
Con Alves el asunto fue similar. A propósito de sus críticas a la prensa, el club le ha solicitado que rebaje la gravedad de sus palabras. De hecho, según medios catalanes, habrían incluso pedido que borrase su mensaje en Instagram en el que calificó de "puta basura" a los medios. Alves no sólo no lo hizo, sino que sólo modificó ligeramente el mensaje cuando el club emitió un comunicado reprobándolo.
Después de esa ligera modificación, Alves siguió insistiendo en que pensaba lo mismo y que sólo había modificado una palabra. Cabe recordar que sustituyó esa expresión malsonante por unos puntos suspensivos, esto es calificó a la prensa de "p... basura".
Los motivos de Lucho