
La directiva del Real Madrid ha señalado en las últimas horas a cuatro futbolistas del equipo merengue. Los considera parte importante de los fracasos cosechados en las últimas semanas, resultados que en Liga han dejado a los de Benítez descolgados en la Liga frente al liderazgo de FC Barcelona y Atlético de Madrid. En concreto, desde la zona noble del Bernabéu se cree que la actitud y rendimiento de Bale, Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos y James no es la adecuada para conducir a los merengues a la senda de triunfos que exige una entidad como la blanca. En algunos casos, de hecho, ya se les ha llamado al orden para que den un paso al frente al tiempo que se les han afeado gestos deportivos y extradeportivos con los que, se cree en la zona noble, el equipo ha salido notablemente perjudicado.
Cuenta el diario Marca que Bale ha sido el futbolista que, de manera más reciente, ha sido llamado a capítulo por los mandatarios. Ocurrió esta semana y es la primera vez que el 'Expreso de Cárdiff' recibe una reprimenda en su etapa blanca.
Porque Bale es, a día de hoy, uno de los 'niños mimados' por el los mandatarios. Florentino Pérez, de hecho, sigue empeñado en que será el sustituto de Cristiano Ronaldo cuando el luso deje Madrid. El hombre que tomará su testigo. Su sucesor.
Los datos, sin embargo, dicen lo contrario. En las dos temporadas y media que lleva en España, Bale apenas ha pasado del notable como jugador blanco. Su evolución se ha estancado (lejos de lo que ha sucedido en Barcelona con Neymar) y, para colmo, deja entrever guiños que hablan de su falta de adaptación y de un exceso de egoísmo.
Por ejemplo, apenas tiene íntimos dentro del grupo. No se termina de integrar y sus relaciones con Cristiano Ronaldo o Benzema, los otros miembros de la BBC, no despegan. Ambos le reprochan su exceso de individualismo en el terreno de juego. En las últimas semanas hubo algún intento de acercamiento, pero fracasó. Salvo Modric, nadie más se puede llamar amigo suyo en la plantilla.
No ayudan hechos como los vistos el pasado domingo en el Madrigal, cuando, en los últimos minutos, con Marcelo lesionado, Jesé suplió al zaguero con la intención de que Bale retrasara su posición y ocupara el lateral zurdo. Así se lo dijo, pero el '11' no hizo caso al canterano y se quedó en punta. Fue Jesé el que tuvo que ocupar la posición del brasileño, para su sorpresa y mosqueo. Son cosas así, gestos de 'divismo', los que no gustan en la capital, más si cabe cuando no juega como se supone para un futbolista que costó 101 millones de euros y que percibe 10 millones netos por curso.
Más compromiso, más rendimiento
Pero Bale no es el único hombre del que empiezan a estar cansados en la zona noble. Por ejemplo, no gusta que Cristiano Ronaldo se haya desinflado y que parezca más obsesionado con su relación con Benítez o cómo juega el club, que en resolver con sus goles esta situación.
También están cansados de Sergio Ramos, un futbolista que desde asumió la capitanía del Real Madrid, se ha caracterizado, apuntan en el palco, más por pasarse de frenada en sus gestos, que por usar de forma correcta su liderazgo y brazalete.
Por ejemplo, le reprochan que no esté haciendo una buena gestión de su lesión en el hombro. Se sacrifica más de la cuenta. Juega cuando no debe, apuntan. Mejor que jugar mermado es que deje paso a otros que sí están en un buen momento. Pero no. Ramos quiere estar ahí siempre. Nadie duda de su compromiso, pero en ocasiones sería mejor que supiera utilizarlo de manera más eficaz, añaden.
Por último, tampoco están feliz en el Bernabéu por cómo está rindiendo un James también enredado en líos con Benítez. De puertas hacia afuera ya se ha filtrado que su actitud recuerda a la de Özil y, para colmo, se añade que no está jugando como lo hizo el curso pasado. Su lesión le ha mermado, pero no es excusa, comentan por la capital. Destacar, destacar, sólo ha destacado ante el Betis, el Cádiz y el Malmoe. Escaso bagaje para un futbolista al que también se le ve potencial de ganador del Balón de Oro.