
Rafa Benítez y James Rodríguez tuvieron en Cádiz otro roce que pasó desapercibido en medio de la 'tormenta' que se desató en el Ramón de Carranza por la posible alineación indebida del Cheryshev y la consecuente eliminación copera de los blancos.
Sucedió cuando transcurría el minuto 77 de partido. James saltó al césped gaditano como titular y fue uno de los hombres más destacados del arranque. De hecho, de sus botas salió el pase en diagonal de casi 30 metros con el que Cheryshev (sí, Cheryshev) se plantó sólo delante de la portería para hacer el 0-1 al segundo minuto de juego, cuando aún no se sabía nada de lo que se le vendría encima.
En ese instante, en el minuto 77, Benítez decidió que era un buen momento para suplir al colombiano. El mediocampista no iba a jugar todo el partido, quizá pensando en que jugará frente al Getafe el sábado en el Bernabéu después de que Isco esté sancionado por su patada a Neymar en el Clásico.
Este posible argumento no parece que terminase de gustar demasiado al propio James, que se marchó del campo como ha venido haciendo siempre que ha sido sustituido: cabizbajo. Recordemos que, hasta la fecha, el '10' sólo ha jugado un partido completo en lo que llevamos de temporada.
James iba camino de sentarse en el banquillo del Real Madrid como ya hizo en Ipurua, frente al Eibar, esto es, mirando al suelo y sin hacer caso a Benítez. El entrenador, sin embargo, intervino.
Paró a James poniéndole la mano en el pecho. El colombiano se frenó sorprendido y lanzó una mirada de cierta tensión al técnico antes de que éste le dijera algo y el jugador continuase con su caminar lento, siempre mirando el césped, sin mostrar alegría o ningún signo de relajación.