
Cristiano Ronaldo, delantero del Real Madrid, no ocultó en pleno partido frente al Eibar su enfado por el estilo de juego que estaba mostrando su equipo y por los cambios de su entrenador, Rafa Benítez.
Las cámaras de Movistar + y el programa 'El Día después' han sido las encargadas de captar el progresivo enfado del delantero, toda vez que no fue cosa de un malestar puntual, sino que el mosqueo del crack con su técnico y sus compañeros fue creciendo paulatinamente.
Entre sus quejas, sus constantes gestos por cómo el Real Madrid no era capaz de generar fútbol en el medio. Cristiano reclamaba a los suyos más toque, más posesión y control de la bola, pero ésta no llegaba.
Fue así como, en un córner en el que bajó a defender, el luso le comentó a su compatriota Pepe lo que pensaba del partido. "¡Horrible! ¡Horrible!", le dijo.
Luego, tiempo después, mostró también su incredulidad con Rafa Benítez cuando el entrenador blanco sacó del terreno de juego a James para dar entrada en el verde a Lucas Vázquez.
Primero lo hizo meneando la cabeza cuando vio que era él, James, el encargado de salir del terreno de juego. Luego, lo manifestó moviendo sus manos en gesto de desaprobación. Fue justo antes de acercarse al colombiano (autor de una gran asistencia que dejó sólo delante del portero a CR7) para calmarlo en su camino al banquillo.
Después, cuando vio puerta desde el punto de penalti, festejó su tanto con rabia, pero sin apenas una sonrisa, como tampoco sonrió cuando Bale hizo el 0-1. Al final el partido, Cristiano se marchó cabizbajo al túnel de vestuarios.
Allí le recibió un Benítez que le dio una 'colleja' de afecto al delantero justo antes de meterse con él rumbo al cambiador merengue en Ipurua.