
James Rodríguez ha sido noticia este fin de semana. El colombiano habría pedido un aumento de sueldo, con la intención de equiparar sus emolumentos a los de Sergio Ramos y Gareth Bale, el segundo nivel en la escala salarial del club tan solo por debajo de Cristiano Ronaldo.
Los propósitos del jugador cafetero son ambiciosos en un club que plantea estas subidas de sueldo como sucesos realmente extraordinarios y que es reacio a modificar los contratos de sus jugadores de manera asidua. De la misma manera, hace recordar el último caso de un jugador que planteó subir sus nivel en la escala salarial, Ángel di María.
El argentino planteó una posible renovación como una operación oportuna para pedir un aumento de sueldo acorde a lo que él pensaba que merecía por su rendimiento. El '22' era uno de los puntales del equipo, revirtiendo la difícil situación que se le vino encima con la llegada de Gareth Bale. Como centrocampista en el 4-3-3 de Carlo Ancelotti, se afianzó y nmo paró de crecer hasta ser un futbolista indispensable. Los títulos de Copa del Rey y Champions lo acerditaron.
Con estos galones se plantó ante la directiva del Real Madrid para reclamar un sueldo que le haría pertenecer a ese segundo escalón en lo que a sueldos se refiere, la máxima categoría a la que puede aspirar un jugador en el club blanco, al menos estando Cristiano de por medio. La respuesta no fue ni mucho menos buena. Ante el órdago de Di María, la reacción en la zona noble fue de cierta molestia: en una directiva inmovilista respecto a los aumentos, las peticiones del rosarino causaban cierto estupor. No se consideraba que fuesen apropiadas y se tildaron de desproporcionadas. El asunto acabó como acabó: con el jugador en el Manchester United.
Se perciben ciertas similitudes en el panorama que se le dibuja ahora a James Rodríguez. Con tan solo un año en el club, el '10' no reúne los requisitos que se antojan indispensables para pedir algo de la entidad de sus pretensiones. Llegar en poco más de una temporada al segundo nivel del club es algo que solo ha conseguido Gareth Bale, una apuesta personal de la directiva para convertir al galés en el jugador estandarte del equipo. El otro futbolista que ostenta ese privilegio es Sergio Ramos, que lo ha conseguido con un proceso de renovación tormentoso como pocos y después de 10 años en el club y recién nombrado capitán.
La filtración de esta petición al club llega, además, en un momento equivocado, o al menos demasiado pronto: la táctica que utiliza el Real Madrid en este tipo de cambios en los contratos de sus jugadores es la de esperar al final de la temporada. No se toca ningún acuerdo hasta que llegan las vacaciones y el jugador puede relajar su concentración.
Es el caso de Keylor Navas. Con el 'tico' hay una diferencia clara: la iniciativa ha surgido por parte del club, algo que sucede en contadas ocasiones pero que col portero tiene una explicación. Tras lo ocurrido en el último día del mercado de fichajes y el excepcional rendimiento, su baja posición en la escala salarial era insostenible.
Circunstancias diferentes a las de un James Rodríguez que si bien ha pasado al ataque por los 'dardos' a Rafa Benítez, también ha mostrado un perfil atrevido de cara a un hipotético nuevo contrato. Una postura que tiene un precedente negativo en el Real Madrid.