
El nombre de Jose Mourinho sigue estando en boca de todos. Con el técnico expulsado y sin derecho a estar en el campo, su equipo volvió a perder en la Premier, esta vez ante el Stoke City, y su situación es cada vez más delicada. El Chelsea es decimosexto, a solo tres puntos del descenso y a 15 del líder. Las noticias sobre el futuro de la escuadra y del entrenador no dejan de aparecer.
Según The Sun, el técnico portugués tiene pensado una maniobra agresiva para limpiar el vestuario y afrontar una nueva etapa de recuperación, una especie de resurrección en cuanto a los resultados deportivos. Algo que pueda pacificar a una plantilla que, se rumorea, ha dejado de creer en él. Y también a un equipo que pasa por su peor crisis en años.
La fecha para llevar a cabo esta limpieza sería en el parón navideño, coincidiendo con el mercado de fichajes de invierno. Mourinho habría pedido permiso a Roman Abramovich, propietario del Chelsea, para "eliminar las manzanas podridas del vestuario y enderezar el rumbo del equipo".
El luso ha declarado por activa y por pasiva que la solución para darle la vuelta a la situación pasa por él, y que se siente capacitado para ello. Abramovich, en respuesta a esto, habría emplazado al entrenador a "mostrar signos de cambio de tendencia", según The Sun.
Como forma de actuar conforme a lo que le ha pedido el club, Mourinho ha respondido con una petición extra: cargarse de poderes para eliminar a lo que él considera con elementos negativos. Recuerda a lo que le sucedió en su etapa final en el Real Madrid, cuando pidió a Florentino Pérez que se marcharon buena parte de las figuras de la plantilla. En esa ocasión, no se le concedieron sus deseos y acabó recalando en el Chelsea. Falta por ver si con los londinenses pasará lo mismo o tendrá carta blanca.