
El fútbol español, a través de sus distintos estamentos, no da verosimilitud a la denuncia que el pasado 19 de octubre presentó un abogado catalán según la cual, un árbitro asistente habría recibido presiones del Comité Técnico de Árbitros (CTA) para, en caso de ser designado para pitar el clásico del 21 de noviembre, hacerlo a favor del Real Madrid y en contra del FC Barcelona.
El denunciante afirma que el árbitro principal de este juez de línea le llamó en primera instancia para pedirle que sus juicios fueran orientados a favorecer al Real Madrid. El juez de línea se negó. Después, según este relato, un vocal del CTA se puso en contacto con él para insistirle en esta orden. Si no cumplía, su carrera como colegiado se vería truncada de forma brusca.
Es entonces cuando decidió recurrir supuestamente a los servicios de un profesional para destapar este caso aunque, como el denunciante afirma, no existan pruebas reales para afirmar que esas llamadas se produjeran.
Jacinto Vicente Hérnández, abogado que presentó la denuncia, afirma que su cliente (el árbitro) quiere permanecer en el anonimato porque, de salir su nombre, se pondría en riesgo su carrera arbitral y también su propia vida personal. Éste aspecto, el anonimato inviolable del afectado (su nombre no lo tiene ni la Guardia Civil) es el primer factor que hace recelar al fútbol español.
"O sale la persona en cuestión o esto es peor que una broma de mal gusto. O sale del anonimato y actuar con todas las consecuencias o habrá que pasar página y pedir responsabilidades al autor que pone en entredicho a personas e instituciones", criticó ayer con dureza Miguel Cardenal, Presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD).
"La denuncia es gravísima. Esta persona pone en entredicho la limpieza de la competición. No tiene justificación hacerla así, bajo el anonimato. He ofrecido el CSD, donde he recibido muchas denuncias a lo largo de estos años y nadie ha sufrido represalia alguna", insistió.
En términos similares se expresó Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) cuando fue cuestionado por el diario As a su salida de la sede del organismo. "Resulta un poco inverosímil esta denuncia del asistente. No tiene ningún sentido, ni forma ni procedimiento, cuando no está designado el árbitro para ese partido Real Madrid-Barcelona ni para el resto de la jornada", dijo.
Entre tanto, el CTA guarda silencio (no habrá comunicado) al igual que lo hace la Federación Española de Fútbol (RFEF). Los que no callan son algunos compañeros o ex compañeros de profesión del supuesto colegiado, porque hay voces que incluso sugieren que todo podría ser una 'invención' del abogado.
"Igual es una invención de este señor", sugirió anoche, en la Cadena Cope, Sergi Albert, ex árbitro de Primera División.
"¿Qué asistente va a decir que se le ha presionado cuando todavía no se sabe ni quién serán los árbitros?", se preguntaba Iturralde González, otro ex árbitro que, además, añadía que detrás de esta denuncia podría haber intereses escondidos vinculados con las elecciones de la RFEF.
En el Barça, el equipo supuestamente perjudicado ante esta posible práctica se mostraban también escépticos. "Espero que no se confirme porque sería perjudicial para la competición y su prestigio", dijo ayer Susana Monje, vicepresidenta económica del club.
Mientras, José Ángel Jiménez Muñoz de Morales, el vocal del CTA que supuestamente habría realizado las llamadas, demandará al abogado que presentó la denuncia, según anunció la Cadena Cope. Un paso más en contra de un caso que, por ahora, parece tener más incrédulos que seguidores.