
El seleccionador nacional, Vicente del Bosque, se encuentra con un importante problema a la hora de configurar su apuesta para la próxima Eurocopa de Francia 2016. La portería es una vez más su caballo de batalla, con un panorama más incierto y abierto que nunca.
Hasta ahora, su apuesta venía siendo Iker Casillas. El exportero del Real Madrid, actualmente en el Oporto, lleva años como baluarte bajo los palos en el combinado nacional, y en mente de Del Bosque no estaba cambiar.
El salmantino se irá de su cargo a la conclusión del torneo continental, y pretendía apostar por Iker hasta el final. Los caminos de uno y otro iban de la mano. El Europeo del próximo verano simbolizaba el fin de ciclo tanto en el banquillo como entre los palos.
Sin embargo, De Gea ha llamado a la puerta con fuerza. Sus últimas temporadas en el Manchester United, unidas a la bajada de nivel y de regularidad de Casillas, hacen que sea imposible obviar su presencia.
Del Bosque prometió una "transición dulce" para el puesto. Era consciente de que el tiempo de Iker está cerca de terminar, y por su cabeza ya pasaba la opción de dar oportunidades a De Gea en los meses previos al torneo.
Así, en las últimas convocatorias con dos partidos en la agenda, el seleccionador ha otorgado un encuentro a cada uno de los dos guardametas. Y ambos han cumplido sin grandes estridencias, pero ante Ucrania la balanza comenzó a desequilibrarse.
De Gea brilló. Deslumbró. Demostró que, por nivel, está para ser titular. Sin embargo, la promesa de Del Bosque a Casillas de llevar a cabo esa "transición dulce" se vería rota por un final abrupto en caso de realizar el cambio en los próximos meses.
La cita continental está cada vez más cerca, y aunque el buen entendimiento entre los tres protagonistas es hasta ahora una constante en las citas con la selección, todos son conscientes de que no será fácil encontrar un desenlace justo para todos.
No poner a De Gea probablemente sería sacrificar al portero en mejor estado de forma del fútbol nacional, mientras que faltar a la palabra dada a Casillas sería un nuevo varapalo para todo un símbolo de la historia del balompié español. La decisión no es nada fácil y por la cabeza de Del Bosque pasan todas las opciones. Los próximos meses dictarán sentencia.