
José Mourinho ha sido ratificado como nuevo entrenador del Chelsea. Motivos económicos podrían esconderse detrás de esta decisión. El despido del portugués no es precisamente económico. Cuesta 50 millones de euros, una cifra desorbitada que en Stanford Bridge no están dispuestos a asumir.
Cuenta el diario británico 'The Daily Star' que esta es la cifra resultante del nuevo contrato que 'The Special One' firmó a finales de la pasada temporada y que convertían al portugués en el preparador mejor pagado del planeta. Con una duración de cinco años (acaba en 2020), Mourinho cobra unos 14 millones de euros limpios por temporada, aunque en el finiquito deberían descontarse algunos variables que sí aparecen reflejados en su salario.
De ahí que Roman Abramovich, el dueño de los 'blue' haya decidido aguantar algo más de tiempo antes de dar cualquier paso.
En 2013 el Real Madrid vivió una situación parecida. A finales de 2012, el club estaba dispuesto a despedir al preparador si no se daban buenos resultados, pero el elevado finiquito frenó estas tentativas. Cuando los malos resultados se recrudecieron, y el Madrid empezó a valorar la opción de echar al luso, uno y otro llegaron a un acuerdo: aguantar hasta final de temporada a cambio de que el técnico no recibiera ni un euro de la supuesta indemnización que le deberían haber abonado.
El objetivo de Mourinho era no manchar su currículum en el Real Madrid con un despido que le habría dejado tocado. El club aceptó esta opción a cambio de ahorrarse una cifra que, en aquellos años, podría rondar los 30 millones de euros.