El Barça está en problemas. Los lesionados, la imposibilidad de fichar hasta enero o las ventas han dejado a los culés en cuadro. Luis Enrique apenas tiene efectivos y aunque estos inconvenientes aún no se han dejado notar demasiado en los resultados, lo cierto es que cierto aire de pesimismo recorre el Camp Nou. En la ciudad condal parecen cada vez más convencidos de que habrá que recurrir al mercado invernal para solucionar estos inconvenientes que amenazan a los de Luis Enrique en este comienzo de temporada.
Dos serán incorporaciones seguras. Arda Turan (ex del Atlético) y Aleix Vidal (ex del Sevilla) se incorporarán con pleno derecho a la plantilla después de haber visto como la sanción de la FIFA les impedía si quiera jugar amistosos. Pero a estas dos caras nuevas habrá seguramente que añadir alguna más.
En las últimas semanas ya se había desvelado que Luis Enrique había solicitado al club trabajar para reforzar la plantilla una vez se reabriera el mercado focalizándose en las necesidades generadas en este primer tramo de temporada. Una estrategia que ahora se desvela como imprescindible.
Las necesidades han emergido en forma de urgencias con lesiones de larga duración como es el caso de Rafinha. El brasileño se perderá lo que resta de curso, un inconveniente que no ha mutado la actitud de la FIFA con respecto al castigo culé. Ni en una circunstancia grave como ésta le permitirá incorporar nuevos futbolistas. Ya sucedió con Vermaelen a principios de 2015.
Ése fichaje tendrá que producirse en el arranque de un 2016 donde varios nombres serán máximos candidatos a ser nuevos futbolistas culés.
El diario Sport aporta varios nombres que ya habían sonado con fuerza en verano. Nolito es uno de los más conocidos. Antiguo canterano culé (se marchó libre al Benfica en 2011), ya se especuló con su llegada este verano. Entonces costaba 18 millones, aunque la renovación automática de su cláusula le hace elevar su precio a los 30 millones de euros. En el club son reacios a incorporarle por que supondría reconocer el error de dejarle marchar hace cuatro años y por su elevado precio. El nuevo panorama del equipo podría mutar esta opinión.
En España también juega Feghouli, mediocampista argelino del Valencia cuya polivalencia (puede jugar en el medio, pero también en la delantera) le hace ser un refuerzo interesante. El problema es que por ahora el Valencia no parece dispuesto a dejarle salir. Su precio sería elevado y ya ha jugado Champions, con lo que su incorporación sería útil esta tenmporada solo para la Liga.
Yarmolenko, atacante ucraniano del Dinamo de Kyev, tiene un problema similar: gusta mucho en la zona noble del Camp Nou, pero está jugando Champions con su equipo, invertir mucho dinero en su traspaso podría ser un derroche si se tiene en cuenta que sólo jugaría competiciones domésticas.
En el mercado extranjero gusta desde hace tiempo el alemán de origen turco Gündogan. Sólo las dudas que levanta el estado de su rodilla podrían estropear este renovado interés. Con el Borussia Dortmund fuera de la Champions, su fichaje no sería un problema para verle de corto también en Europa, aunque su club no lo dejaría a menos que se abonase una cifra notable.
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