
Ha sido el último en reincorporarse a la gira del Real Madrid, pero ya ha dejado su impronta. James Rodríguez ha jugado solo un cuarto de hora ante el Inter, pero le ha bastado para demostrar que sigue siendo uno de los activos más importantes del equipo de Rafa Benítez.
Desde el minuto 78 hasta el final del encuentro, el colombiano ha acaparado todas las miradas. Y él ha respondido a las expectativas, especialmente con dos destellos a balón parado: dos faltas directas que han acabado en una estirada muy buena de Handanovic y el 0-3 final con un obús que ha quitado las telarañas del meta esloveno.
Lo del '10' ha sido un puñetazo en la mesa, una manera de marcar territorio. En un partido ya sin historia, solo con un cuarto de hora para adquirir rodaje, James ha querido dejar claro que las cosas no van a cambiar en la zona de la mediapunta. Un mensaje para Isco.
El '22' había sido de los jugadores más destacados en los dos primeros partidos, y se había especulado con que podría haber un hueco en el once para el malagueño, pero nada más lejos de la realidad: la llegada de James disipa las dudas.
Esta demostración de fuerza casa a la perfección con las últimas semanas del colombiano en el Real Madrid el pasado curso, donde se consolidó como la brújula del equipo, asumiendo galones, responsabilidad y marcando tantos. Tanto es así que anotó los mismos goles que Gareth Bale, pero en menos partidos.
Bajo sospecha por su aparente falta de sacrificio en defensa y la elevada inversión del club, el cafetero le dio rápidamente la vuelta a la tortilla, y hoy es uno de los jugadores clave en este Real Madrid. La breve (pero consistente) actuación de esta mañana demuestra que Isco se expone a vivir bajo su sombra este curso.