La imagen sorprendió ayer a no pocas personas: Iker Casillas aparecía encabezando la presentación de los carteles publicitarios con la nueva equipación del Real Madrid para el curso 2015/2016. Parecía un respaldo por parte del club, una declaración de intenciones. Lo cierto es que no significa tanto como parece. El ejemplo más cercano está en el mercado de hace un año.
El final del periodo de fichajes trajo consigo una sorpresa: la venta de Xabi Alonso al Bayern de Múnich. La venta del tolosarra fue uno de los movimientos más destacados por la entidad de los equipos implicados y sobretodo por la sorpresa que generó una transacción que nadie se esperaba.
Curiosamente, antes de que se hiciese oficial la llegada del jugador a Múnich, había sido él uno de los futbolistas encargados de presentar la tercera equipación del Real Madrid, conocida por su tonalidad negra y albergar a un dragón estampado en ella.
Esto ocurrió el 26 de agosto, y tres días después ocurrió lo que nadie esperaba: que Xabi se iba con el que años antes fue uno de sus 'enemigos', Pep Guardiola. Circunstancia que tumba los argumentos de los que piensan que la asistencia y protagonismo en estos actos es una señal inequívoca para la permanencia de un jugador concreto en el equipo.
Y es que el hecho de que Iker Casillas apareciese en los carteles publicitarios tiene mucho que ver con los contratos con las marcas de ropa deportiva. El de Móstoles es una de las caras más visibles de Adidas, firma que viste al Real Madrid. Su presencia, junto a la de otros jugadores como James, Arbeloa o Lucas Silva, sería entendible atendiendo a ese aspecto.
No teme a Del Bosque