
El delantero madrileño Álvaro Morata se convirtió este sábado en uno de los grandes protagonistas de la final de la Liga de Campeones disputada en Berlín entre su equipo, la Juventus de Turín, y el FC Barcelona.
El canterano del Real Madrid se ganó una vez más el aplauso de los seguidores de su antiguo club, y después de ser crucial en la semifinal en la que los merengues cayeron apeados de la competición continental, de nuevo se erigió con un papel protagonista en la final.
Mediada la segunda parte y con una Juventus en desventaja en el marcador, Morata equilibró el electrónico, con un gol en el que aprovechó un rechace de Ter Stegen en el corazón del área para equilibrar el encuentro.
La acción supuso un desquite ante su reciente papel en la eliminación del equipo de sus amores y sirvió además como 'último servicio' al club que le vio crecer, al complicar la final europea al máximo adversario.