
El FC Barcelona vivía el peor momento de la temporada a principios de 2015, cuando el club azulgrana perdió tres puntos de oro ante la Real Sociedad en Anoeta. Pero a partir de ahí comenzaron a surgir los verdaderos capitanes del vestuario para alertar a la plantilla de la pobre temporada llevada hasta el momento.
Hombres como Mascherano, Piqué, Xavi o Iniesta fueron los encargados de levantar el ánimo de la plantilla con distintos mensajes privados. Frases como: "Si seguimos así está claro que no ganaremos nada este año", o "No podemos pasar otra temporada más en blanco" fueron las más recordadas.
Esto iba unido además al problema ya conocido por todos entre Luis Enrique y Messi. El técnico asturiano estaba contra las cuerdas por su relación con Messi, de la que todos decían que era nula. Nula por sus episodios dentro y fuera del campo. El primero fue cuando Messi se negó a salir del campo ante la petición pública de Lucho. Este acto dejó al asturiano sin personalidad dentro del vestuario culé.
El segundo fue durante un entrenamiento en donde Messi y Luis Enrique discutieron una jugada en un partidillo, cuestión que reconoció el central francés del Barcelona Mathieu al cabo de las semanas.
Es ahí cuando Luis Enrique 'cogió el toro por los cuernos' y se puso en contacto con Mascherano, sin duda uno de los jefes dentro del vestuario. El asturiano quiso que Masche lidiase entre Lucho y Messi y que fuese su escudo, según informa Jugones, para que poco a poco el técnico y el crack argentino se llegasen a entender directa o indirectamente.
Al final Luis Enrique y Messi hicieron las paces, como bien se ha visto con imágenes durante las semanas previas al alirón por el título de Liga. Incluso se llegaron a decir alguna confidencia dentro del campo, por lo que parece que la mala relación parece haber terminado.