
Llegó a principios de curso con muchas expectativas, tuvo que aclimatarse a las nuevas exigencias que le impuso el guió, y acabó la temporada con el depósito en reserva tras los sobreesfuerzos de meses y meses. El paso de Toni Kroos en su primer año en el Real Madrid sirve como ejemplo de lo ocurrido en el equipo blanco.
El alemán es el paradigma perfecto para analizar y repasar lo que le ha pasado al Real Madrid, una escuadra que prometía éxitos en agosto (con la Décima y la Copa del Rey aún humeantes) y apuntaba a un ciclo de dominio claro que poco a poco fue disolviéndose entre los contratiempos de una temporada que ha finalizado en un fracaso atenuado solo con los títulos menores de la Supercopa de Europa y el Mundial de clubes.
Kroos debutó como acompañante de Xabi Alonso en el partido de Cardiff que le dio al Real Madrid la Supercopa de Europa. Con funciones de interior y posibilidades de subir a zonas de ataque respaldado por la presencia del tolosarra, pronto recibió una noticia inesperada: Xabi emprendía un viaje totalmente opuesto al que hizo él, destino Múnich. Eso le cambió el panorama.
El '8' fue el jugador con más capacidades (o así lo percibió Carlo Ancelotti) para sustituir a Xabi Alonso, y pasó a ser el pivote indiscutible del equipo. Sin tiempo para acostumbrarse, asimilando mecanismos y conceptos a contrarreloj, el de Greifswald asumió su nuevo rol, no sin problemas. Al igual que el resto de su equipo,
Las lesiones en la medular, de las que solo él y Isco se libraron, junto a la escasa tendencia de Ancelotti a los cambios, le ancló a la titularidad. De la mano de una gran racha de juego y victorias, el desgaste al principio pasó desapercibido, pero los efectos de una temporada muy amplia (Kroos había jugado hasta julio, por la final del Mundial) y el comienzo de otra casi sin descanso empezaron a hacer mella.
A finales de noviembre se filtró el cansancio que cada vez se hacía más latente en el centrocampista. Un mes después, el equipo daba síntomas inequívocos de agotamiento. Con él como botón de muestra, la plantilla nunca remontó su estado físico. A pesar de vaciar la enfermería, Modric, Benzema, Bale y Sergio Ramos han vuelto a caer. Incluso el propio Kroos fue duda para el final del curso y tuvo que retirarse del duelo ante el Valencia por un fuerte golpe en una caída.
Ya sin horizontes en esta temporada que está a punto de acabar, Kroos, tras casi dos años, podrá disfrutar del descanso merecido. La opción de la revancha, ante los rivales y ante sí mismo, es el máximo aliciente de cara a los próximos meses para el jugador que ha sido el paradigma del Real Madrid.