Fútbol

Usar a Ancelotti como cabeza de turco o repartir culpas: el dilema de la directiva del Real Madrid

Ancelotti, durante el partido de anoche. Imagen: Reuters.

La eliminación en Champions ante la Juventus, tal y como se preveía, ha puesto a Carlo Ancelotti en una situación complicada de cara al curso que viene. El italiano necesitaba el aval de un título, a ya falta del más que probable segundo puesto en Liga, no llegará. A partir de ahí comienzan las conjeturas, y el dilema de la directiva blanca.

La zona noble del Bernabéu tiene una confianza discontinua con Ancelotti. Pesa (y mucho) el recuerdo de Jose Mourinho, y el mantra de que el Real Madrid no puede quedarse un año sin ganar grandes trofeos. En ese sentido, el técnico de Reggiolo sería el indicado para pagar el fracaso de la temporada.

En muchas ocasiones se ha nombrado la disyuntiva que tenía en el club (títulos o una posible salida), la misma del curso pasado. Las finales de Copa y Champions (especialmente la Décima) salvaron el pellejo de un entrenador que, en vista de lo que ocurría en Liga, tenía en las otras dos competiciones dos salvavidas. De hecho, el gol de Ramos en el minuto 93 de la final de Lisboa pudo ser el giro que cambió el destino de Ancelotti.

Sin embargo, el italiano tiene todo el apoyo del vestuario, y existe la opción de la continuidad, aunque algo lejana. Es la otra alternativa existente, y tiene varias razones con las que legitimarse. Una de las de mayor peso, precisamente, es esa: no ganarse la enemistad de un grupo de jugadores que está a muerte con su míster. Los avisos de los pesos pesados han sido repetidos a lo largo de la temporada.

Varias de las quejas sobre Ancelotti llegan tras una mala planificación de la plantilla, más corta de lo que se creía. En este ámbito, el entrenador ha tenido que hacer equilibrios a lo largo de la temporada para hacer alineaciones. Fruto de este proyecto mal encauzado vinieron las pocas oportunidades a unos suplentes que en escasas ocasiones han dado la talla. Todo esto responde a una porción de responsabilidad en lo ocurrido al equipo.

Hay algo más: en la agenda del equipo blanco no terminan de perfilarse sustitutos de garantías. Zidane solo ha entrenado un año al Castilla, y con resultado negativo. Klopp apunta a la Premier, y Joachim Löw no se moverá de su puesto de seleccionador. Otro motivo más para una opción continuista.

En la entidad blanca hay dudas, prueba de ello fueron los titubeos de Butragueño ayer al ser preguntado por el futuro del técnico. El director de relaciones instituciones no confirmó nada en dos preguntas de los periodistas y alimentó las sospechas. En paralelo, Ancelotti mostró su disposición a seguir: "Tras los dos partidos que quedan nos reuniremos y hablaremos sobre el futuro". Ahora, la pelota está en el tejado de la directiva.

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