Fútbol

Luis Enrique gobierna entre las dos realidades del Barcelona

Luis Enrique, en el partido ante el Valencia. Imagen: Reuters.

Después de ganar al Valencia, el Barcelona se enfrenta a un panorama favorable en Liga (solo le queda la visita al Atlético, mientras que el Real Madrid aún tiene que vérselas con los che y el Sevilla en el Pizjuán) y aparentemente no sufrirá para pasar a 'semis' de Champions. Todo esto, con la final de Copa en el bolsillo. En su primer año, Luis Enrique ha puesto al equipo de nuevo en la lucha por todos los trofeos.

Sin embargo, no deja de pender sobre el asturiano la sombra de la crítica. Que el equipo no juega como antes, que se descontrola demasiado, que no pasa tanto por los centrocampistas, que se depende en exceso del momento de forma de los atacantes, que el conjunto se expone más a los ataques rivales, que no se manejan bien los egos en el vestuario...

Pero, en paralelo a esto, los logros del asturiano son indiscutibles: ha devuelto al equipo a la lucha en la élite, ha resucitado al mejor Messi, cedió en algo tan importante como su colocación en el flanco derecho, sus rotaciones han hecho llegar a los blaugranas en un buen estado físico, Xavi vuelve a ser útil e importante después de convencerle para quedarse...

Y, claro está, los datos. Aquí también destaca 'Lucho', que mañana sumará su partido número 50 al frente de la nave culé batiendo todos los registros: es el técnico con más victorias en este tramo de partidos, con 41. Supera de esta manera a Helenio Herrera (40), Pep Guardiola y el 'Tata' Martino (37 ambos).

Abanderado tantos años de un juego que creó escuela y se considera uno de los mejores de la historia del fútbol, el Barcelona es ahora más mundano, pero a la vez se ha convertido en una máquina de ganar. Eso le ha dado Luis Enrique al conjunto, la competitividad que había perdido. Podrá jugar mejor o peor, pero el pragmatismo de este equipo en pos de la victoria le ha sacado las castañas del fuego muchas veces.

Sabiendo sufrir, moldeando esquemas más conservadores o cambios dirigidos a blindar las rentas obtenidas...en definitiva, rompiendo con lo anteriormente establecido, Luis Enrique ha ganado enteros. No es el más educado con la prensa, ni el que mejor tolere la crítica ajena, ni el de más talante en un vestuario, pero el librillo le ha cargado de razones y de avales.

Por eso el Barcelona sigue con paso firme en este curso que podría acabar incluso con un triplete. Porque, a pesar de navegar entre las aguas de un pasado dorado y un presente más terrenal, Luis Enrique gobierna. A su manera, pero con la misma legitimidad de entrenadores anteriores. Rompió con la herencia recibida, y los números superan al romanticismo.

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