Fútbol

La victoria a medias de Carlo Ancelotti sobre el Cholo Simeone y el Atlético de Madrid

Carlo Ancelotti y el Cholo Simeone, antes el inicio del partido. Imagen: EFE.

A pesar de sumar su séptimo partido consecutivo sin ganar al Atlético de Madrid, el Real Madrid ofreció una buena primera parte en el Vicente Calderón, en la que dominó a su rival y gozó de varias ocasiones de peligro. No pudo plasmarlo sobre el terreno de juego, pero Carlo Ancelotti ganó la partida en la pizarra a Simeone por primera vez en la temporada. No todo el partido, pero sí de forma parcial.

Con los mismos hombres del 4-3-3, Ancelotti si logró confeccionar un 4-4-2 que hizo daño a los rojiblancos, colapsados en el centro del campo. Sin Tiago, el Atlético no tuvo el motor necesario en la medular en estos partidos. Y el Real Madrid pobló la línea, haciendo que la mayoría de los balones fuesen suyos en los primeros 30-35 minutos.

Con Bale concentrado en su labor de cuatro centrocampista, Benzema moviéndose entre líneas y los laterales (especialmente el omnipresente Marcelo) muy ofensivos, en ocasiones el equipo blanco llegó a poblar el campo rival con casi todo su equipo, a excepción de Casillas. Solo en el centro del campo, tuvo a veces hasta a siete jugadores.

Otro de los factores a tener en cuenta fue la presión concreta que se hizo a dos jugadores rojiblancos: Koke y Arda. Los dos estuvieron maniatados durante toda la primera parte, y en cuanto el Atlético tuvo opciones de salir con el balón, fueron cortadas rápidamente. De ahí que la única jugada de peligro de los de Simeone fuese tras un fallo de Sergio Ramos: un tiro de Griezmann que acabó en las manos de Iker Casillas.

Sin embargo, como en el Camp Nou, esto se diluyó en la segunda parte, y sin el premio del gol dejó una sensación agridulce a Ancelotti y los suyos ("Es el mejor resultado de los peores", decía el italiano en rueda prensa). Según pasaron los minutos, el Real Madrid fue perdiendo fuelle, y al final del partido el Atlético acorraló a los blancos en su área.

Fruto del cansancio, o del subidón de adrenalina a raíz de los choques entre Carvajal y Mandzukic, el Atlético se fue deshaciendo de sus ataduras y con Koke y Arda más liberados, rondó más el área de Casillas. Además de todo esto, hay que reseñar que el plan habitual del Cholo Simeone tuvo su efecto: esperar, saber sufrir y después revertir la situación. Ya pasó en otros derbis, como en el de ida de Liga en el Bernabéu.

Seguramente, si el Real Madrid hubiese tenido acierto de cara a portería, no estaríamos hablando de esto. El plan de Simeone radica en hacer todo a la perfección, con atención especial en saber sufrir y defender sin errores. Oblak fue el factor decisivo.

Curiosamente, con el trío atacante más letal (con permiso del Barcelona), el Real Madrid suma su segundo partido en el que tiene la pólvora mojada. Lo que sí es preocupante es el cambio de guión de las segundas partes. Mientras que el Atlético mantuvo su idea y fue fiel a ella los 90 minutos, los de Ancelotti se volvieron tibios en el segundo tiempo.

Esto provocó que, a pesar de hacer un fútbol que gustó y mucho a aficionados y jugadores, las sensaciones de cara al derbi de vuelta hayan cambiado. Con el valor doble de los goles fuera, un tanto del Atlético puede ser muy peligroso. Eso se sabe en el Bernabéu, y la ausencia de Marcelo (vital esta temporada) añade más dudas.

Lo que pudo ser un golpe en la mesa se convirtió en la eterna prueba de supervivencia de un Atlético que está hecho de acero inoxidable. Hubo victoria (por fin) de Carlo Ancelotti sobre su némesis esta temporada, pero fue a medias y en el Calderón sonríen, sabedores de que sus opciones para pasar a semifinales de Champions han aumentado.

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