"El 4-3-3 es nuestra identidad". A pesar de haber jugado llamativamente bien con un 4-4-2, Carlo Ancelotti expuso su lealtad al sistema que le hizo triunfar la pasada temporada. Estas palabras tuvieron lugar hace un mes, y ahora que por las sanciones el equipo necesita varios recambios, Ancelotti se ha salvado de la mutación de esquema.
Con Kroos, James y Bale fuera, había que darle un lavado de cara al conjunto. A Ancelotti se le planteaban dos opciones: modificar el dibujo o seguir con el 4-3-3. Hoy en rueda de prensa ha zanjado el debate. Se partía con la titularidad de Isco por James, y el italiano ha dado los dos nombres restantes, una vez se supo el éxito del triunfo del recurso por Cristiano Ronaldo.
A pesar de reconocer que todavía no tiene decidido el once definitivo ("no he tenido buenas sensaciones en el entrenamiento en el perfil físico"), apuntó a la más que probable entrada de Illarramendi y Jesé: "Tienen muchas posibilidades de jugar". Cambio de cromos.
Existía la posibilidad de volver al 4-4-2, incluyendo un centrocampista extra. Ante la baja de Khedira, sería Lucas Silva el elegido, pero el brasileño apenas cuenta tras un par de partidos a su llegada. En esta situación, Luka Modric ocuparía el perfil derecho, dejando a Illarramendi y Lucas un doble pivote para cimentar la media. El croata (más liberado defensivamente, aunque en una posición poco habitual) e Isco poblarían las bandas.
Quizá el hecho de cambiar en exceso los mecanismos de uno de los jugadores más importantes del equipo (Modric) haya echado atrás a Carletto, que por otra parte se quedaría sin centrocampistas en el banquillo y tendría que recurrir al Real Madrid Castilla para ello (de hecho, Javi Muñoz ha tenido que entrar en la convocatoria). Dos razones, en definitiva, para el inmovilismo en el sistema.
Queda la incógnita de saber qué habría hecho el de Reggiolo si Cristiano Ronaldo fuese baja ante el Eibar y hubiese tenido que optar entre alinear juntos a Chicharito y Jesé o desplazar a Modric. Por suerte para Ancelotti, ese dilema no ha llegado a tener que plantearse.
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