
Cuando el árbitro austriaco Harald Lechner dio el pitado final del Islandia contra Kosovo, último partido de eliminatorias rumbo al Mundial de 2018, la selección de la pequeña isla europea había clasificado por primera vez a una Copa del Mundo.
Será una aventura para este pequeño país de poco más de 350,000 habitantes, que apenas ocho años pasó de concluir colista de su grupo de clasificación para el Mundial de Sudáfrica a lograr el billete para Rusia por delante de selecciones como Croacia, Turquía o Ucrania.
El conjunto vikingo no tuvo mejor preparación en sus encuentros amistosos internacionales, al sumar tres derrotas y un empate. Cayó ante México, Perú y Noruega e igualó sólo frente a Ghana.
Los jugadores de esta selección en realidad no son profesionales, su director técnico es dentista, unos 7 hombres de la plantilla son agricultores y granjeros, y el delantero Jón Dadi trabaja en una gasolinera.