
El endowment (una especie de fondo de inversión que usan las universidades y otras instituciones para financiarse) de Harvard es un auténtico mito en el mundo de la gestión. Es el más grande del mundo en su clase, con 36.900 millones de dólares en junio, y acumula el track record más impresionante que uno pueda echarse a la cara: subidas superiores al 20% y al 30% año tras año desde hace 40 con independencia de la marcha de los mercados, gracias a una apuesta decidida por la innovación y por las nuevas fórmulas de gestión alternativa, incluyendo hedge funds, capital riesgo e inversiones inmobiliarias.
Pero este mito se ha derrumbado este año. Ayer se supo que el endowment, gestionado por algunos de los profesionales más prestigiosos del mundo, ha perdido un 30% desde el 30 de junio. Incluso los newsletters de inversión, que muchos desprecian por no ser más que puro marketing de lunáticos en muchos casos, lo han hecho mejor, aunque no mucho: pérdidas del 28,9% como media en el mismo período.
Estas pérdidas suponen un serio problema para el funcionamiento de Harvard, lo que ha obligado a esta prestigiosa universidad a tomar medidas como frenar las contrataciones o subir sus ya de por sí elevadísimas tarifas. Y eso restringirá el acceso de muchos estudiantes a la universidad, en un momento además de crisis económica y aumento del desempleo. Incluso se plantea vender bonos para financiarse.
Hasta ahora, el peor año del endowment había sido 1974, cuando perdió el 12,2%. Como explicación de este desastre, hay que señalar que tenía una exposición cercana al 30% en acciones de EEUU -que lo han hecho muy mal- y de otros países -que lo han hecho peor- y que su apuesta por las materias primas, que le había reportado grandes ganancias en los últimos años, se ha dado la vuelta. Por otro lado, es de sobra conocido el derrumbe del mercado inmobiliario en EEUU y el hundimiento del capital riesgo por falta de financiación para realizar operaciones. Además, apenas tenía bonos en cartera, el activo que mejor se ha comportado en 2008.
Pero lo más llamativo es lo ocurrido con los hedge funds. La apuesta por la gestión alternativa de Harvard se basaba en la teórica capacidad de estas técnicas para ganar dinero (mucho dinero en su caso) en cualquier entorno del mercado, ya que tienen una baja correlación -o incluso una correlación inversa- con los índices bursátiles. Y esa teoría ha fallado. No sólo en el caso de Harvard, sino que es un problema generalizado: los hedge funds perdieron una media del 9,4% en octubre, después de haberse dejado otro 7,9% en septiembre. Es de esperar que el desastre continuase en noviembre, aunque todavía no hay datos disponibles.
¿Pero los hedge funds no estaban descorrelacionados?
Estas pérdidas mensuales son las mayores de la historia de estos productos... y coinciden con unos de los peores meses de Wall Street. ¿Dónde está entonces la falta de correlación? ¿Dónde queda la protección, que es lo que significa hedge?
Lo cierto es que estos resultados no son tan sorprendentes. Desde hace una década, diversos estudios han demostrado que los hedge funds tienen una correlación con el mercado mucho mayor de lo que se cree. Uno de ellos, escrito por los gestores Clifford Asness, Robert Krail, y John Liew ("Do Hedge Funds Really Hedge?"), establecía que la razón por la que los hedge parecen tener bajas correlaciones con el mercado es que suelen tener posiciones en activos ilíquidos, cuyos precios se actualizan con poca frecuencia. Así, al calcular su valor mensual, los fondos suelen emplear precios atrasados para estas posiciones
En consecuencia, las rentabilidades publicadas por los fondos suelen desviarse bastante de las rentabilidades reales, y estas desviaciones tienen el efecto de esconder la verdadera correlación entre los hedge funds y la bolsa. Si se corrigen los valores de los fondos aplicando los precios reales de las inversiones ilíquidas, el estudio encontraba una sorprendentemente alta correlación entre ambos.
Y lo que ha pasado en los últimos tres meses, para sorpresa de muchos, es la simple confirmación de lo que todo el mundo debería saber desde hace mucho, concluye Mark Hulbert, editor del servicio de análisis Hulbert Financial Digest. "Como suele ocurrir, hace falta un mercado bajista para que aprendamos las lecciones importantes en el mundo de la inversión", añade.