La exposición a fondos de retorno absoluto ha crecido en 2014, al calor de los inversores que buscan descorrelacionarse del mercado para ganar rentabilidades positivas aunque moderadas. Tanto, que el 'BNY Mellon Absolute Return Equity EUR R Hedged Acc', sólo apto en la cartera 'premium' del Ecofondo, impide la entrada a nuevos partícipes. Gana, de media, un 4,4 por ciento en tres años.
El fondo NY Mellon Absolute Return Equity EUR R Hedged Acc ha cerrado sus puertas esta semana a nuevos inversores. Lo que se busca con esta práctica, también conocida como soft close, es limitar las entradas de capital para proteger los intereses de los clientes existentes. Sin embargo, aunque ya no puedan acceder a él nuevos partícipes, los que ya tenían este producto en cartera podrán seguir invirtiendo en él. Eso sí, con un límite fijado, que es un millón de euros.
El cierre de este fondo -catalogado con una calificación fundamental Morningstar de Bronze- no se debe a otra cosa que a la fuerte demanda que ha tenido en 2014. El retorno absoluto "es la estrategia adecuada para un mercado volátil como actual, en el que el inversor persigue rentabilidades poco correlacionadas para tratar de minimizar el riesgo de minusvalías", explican desde BNY Mellon. Este producto tiene actualmente un patrimonio de 1.729 millones de euros, 700 millones más que a comienzos de año, lo que refleja la fuerte avalancha de capital que ha recibido. Además, la firma también ha echado el cierre esta semana a otro fondo de esta categoría: el Absolute Insight Equity Market Neutral Fund.
Matt Oomen, responsable de distribución a intermediarios para Europa, Oriente Medio y África de BNY Mellon IM, justifica que "a la hora de gestionar productos siempre basaremos nuestras decisiones en los intereses de nuestros clientes existentes". "Seguiremos desarrollando soluciones de inversión atractivas", añade Abdallah Nauphal, consejero delegado de Insight Investment.
Un alto porcentaje en liquidez
Al cierre de enero, el NY Mellon Absolute Return Equity EUR R Hedged Acc tenía un 85 por ciento de su patrimonio en dinero. En cuanto a su cartera, está distribuida en 465 acciones diferentes y un total de ocho obligaciones distintas, tanto en posiciones cortas como largas de renta variable europea. De hecho, entre sus mayores pesos se cuela una española, Grifols, en la que tiene una exposición del 1,9 por ciento. Además, apuesta por el sector financiero, por esto tiene en cartera a National Bank of Australia, Rabobank Nederland y British Land. Si bien es cierto que tiene un 10 por ciento invertido en el fondo institucional ILF GBP Liquidity Class 2.
Acumula una rentabilidad del 2 por ciento en 2014 y del 4,4 por ciento anualizada a tres años. Ahora bien, sólo está en la cartera premium del Ecofondo (de la que será sustituido por uno nuevo en próximas semanas), para más de 50.000 euros, aunque la inversión mínima del fondo es 5.000 euros.
BNY Mellon cierra dos fondos de su gama 'total return'