
El pasado 8 de agosto una noticia provocó un cataclismo en los mercados. La gestora del banco francés BNP Paribas anunció la suspensión temporal de tres fondos ante la escasa liquidez del crédito. El mercado temió que fuera el inicio de problemas más graves en éste y otros bancos, aunque en realidad el impacto de la noticia en sí era mucho más limitado.
De hecho, antes se había anunciado medidas similares en otros fondos de otras firmas, muchos de los cuáles se comercializaban en España. ¿Qué les ha pasado desde el verano? Ha habido tantas soluciones distintas como fondos afectados, aunque todos con una misma característica: han quedado muy dañados desde el inicio de la crisis.
Caida de fondos
Un buen ejemplo lo ofrece el único de los tres productos congelados por BNP Paribas (BNP.PA) que se vendía en España. El Parvest Dynamic ABS pudo ser reabierto sólo tres semanas después, el 30 de agosto, tras retroceder un 5 por ciento desde los máximos del año. Entonces recuperó la liquidez, pero no la confianza de los inversores, que sacaron en masa el dinero que tenían depositado en el mismo. Su patrimonio ha caído hasta 128 millones de euros, según datos de Morningstar, desde los más de 1.500 millones que llegó a gestionar. Desde la reapertura su rentabilidad ha caído un 5 por ciento.
West LB Mellon Compass ABS fue otro de los damnificados de las hipotecas basura o de alto riesgo estadounidenses, aunque, como en el caso de BNP, sus responsables salieron pronto a la palestra para dejar claro que los activos en los que invierte este fondo nada tenían que ver con la deuda subprime, "pero el efecto ha sido tan fuerte que ha afectado a todo tipo de deuda".
A diferencia del fondo de BNP, casi siete meses después este producto sigue con el candado echado. "Aunque tenemos una cartera en la que no ha habido impagos, tendríamos que malvender porque no hay liquidez en el mercado a precios razonables", indica Pedro Hamparzoumian, director de Clientes Institucionales de WestLB Mellon Asset Management, que mantiene a los clientes informados semanalmente a través de una carta.
La firma calcula que el valor de los activos en la cartera ha caído sólo un 3 por ciento, pero claro, eso sin tener que salir a vender a precios forzados para dar liquidez. "Ha sido lo mejor para velar por nuestros clientes, ya que si se hubiera abierto las valoraciones hubieran sufrido mucho", según Hamparzoumian.
Por ejemplo, podrían haberlo hecho tanto como el fondo AXA World US Libor Plus, que cae un 40 por ciento desde el verano. La gestora AXA IM decidió crear una ventana de liquidez para que los clientes pudieran retirar su dinero, al tiempo que suspendió las entradas.
Otra solución muy distinta fue la adoptada por los fondos Oddo Cash Plus y Oddo Court Terme Dynamique. Ante la dificultad de calcular el valor y negociar los activos, la gestora francesa decidió liquidar los fondos y repartir el dinero que se obtuviera entre los clientes. Las cestas de fondos que tenían estos productos en cartera se siguieron negociando con normalidad porque su peso en ellos era muy bajo.