
No hay una regulación internacional para estos productos, pero la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) tiene claro que son necesarias unas pautas de gestión mundiales. Por eso, ha formulado unos principios flexibles que puedan ser aplicados a cualquier hedge fund.
En el año 1998, el hedge fund Long Term Capital Management sufrió un colapso que puso en peligro la estabilidad del sistema financiero mundial. Una situación que la IOSCO no quiere que se repita, sobre todo ahora que estos productos están adquiriendo una importancia creciente, con cerca de 1,5 billones de dólares en activos gestionados y un elevado uso del apalancamiento -invertir por encima de lo que se tiene-.
Para ello, IOSCO ha desarrollado unos principios flexibles que puedan ser aplicados a cualquier hedge fund de todo el mundo, aunque sus estructuras sean muy diferentes, con el fin de promover el buen gobierno en el proceso de valoración y mitigar los conflictos de interés que puedan surgir entre los gestores e inversores de estos fondos.
Primer filtro, superado
Estas recomendaciones se resumen en nueve principios, que esta institución aconseja cumplir a todos los hedge a la hora de valorar sus activos. Los principios primero y segundo recomiendan a estos productos tener normas, procedimientos y metodologías de valoración por escrito para cada uno de los instrumentos que tengan en cartera.
¿Cumplen estos requisitos los fondos de inversión libre españoles -denominación española de los hedge funds-? Según la CNMV, estos principios están recogidos en la regulación nacional, al exigir una buena organización administrativa y contable de los medios humanos y técnicos para llevar a cabo la administración de las instituciones de inversión colectiva, y en particular para realizar una valoración adecuada.
"Nuestra normativa de valoración es tan detallada que las entidades tienen muy poco margen para establecer criterios de valoración propios", indica la CNMV.
La tercera recomendación de IOSCO, que se centra en la uniformidad en el proceso de valoración, también está recogido en la normativa específica de la CNMV sobre contabilidad y valoración.
Conflictos de interés
También el cuarto principio de IOSCO, que recomienda la revisión periódica de estas normas, está recogido en una circular del supervisor español, en la que establece repetidamente la necesidad de revisar los procedimientos para detectar errores.
Y el quinto, uno de los más relevantes para el organismo internacional ya que trata de la independencia en la valoración de las carteras por personas con el expertise (experiencia) apropiado. Estos dos requisitos, "de difícil cumplimiento simultáneo", son fuente de conflictos de interés, según la CNMV.
¿Por qué? Algunos expertos consideran que la valoración debe delegarse en un administrador externo como medio para lograr la independencia. Y en la regulación española se especifica que las gestoras deben disponer de medios humanos y materiales necesarios que permitan efectuar un adecuado control de riesgos. Es decir, no contemplan la figura de un administrador externo, después de que en el seno de la CNMV se discutiera ampliamente la necesidad de delegar estas funciones.
Además, las recomendaciones de la seis a la nueve tratan otros aspectos técnicos para valorar carteras de hedge funds.
¿Y el inversor qué?
Todas estas matizaciones versan sobre la valoración de los activos en los que invierten los fondos de inversión libre. Pero uno de los objetivos principales de IOSCO "es animar a los inversores a que comprueben si el hedge fund en el que pretenden invertir cumple con los principios propuestos". Sólo de esta forma, "los inversores ejercerían presión eligiendo sólo aquellos hedge funds que tuviesen un sólido sistema de gobierno", indica el regulador del mercado.
De hecho, el supervisor augura que habrá un movimiento de los inversores institucionales, los principales usuarios de estos productos, hacia hedge funds regulados y hacia los que cumplan principios como los de IOSCO. Lo que conllevará un desplazamiento del resto de productos de este tipo que no cumpla las recomendaciones mínimas.
Junto a esto, el supervisor español intuye que debido a que son las instituciones, como fondos de fondos, fundaciones y fondos de pensiones, los principales inversores de hedge funds, en detrimento de los individuos de grandes fortunas que lo fueron en un primer momento, "es lógico que logren crear una disciplina en los sistemas de gobierno de estos productos", concluye.