Fondos

Una alternativa en los fondos de inversión: el sol de la renta fija europea sale por el Este

Las condiciones económicas de Europa Central y del Este son un buen reclamo para los gestores. Ilustración: Archivo
El 1 de mayo de 2004, una decena de países europeos cumplieron un sueño. Se incorporaron a la Unión Europea, que de este modo vio crecer su familia hasta 25 miembros -actualmente son ya 27-.

Pero esta ampliación no fue un mero incremento numérico, sino que tuvo un carácter mucho más simbólico. La razón es que supuso la incorporación de países que pocos años antes o bien formaban parte de la URSS -como Estonia, Letonia o Lituania- o bien militaban en el bloque comunista -como República Checa, Polonia o Hungría-.

Sin embargo, y como la vida es sueño, estas naciones tenían otro más por delante. Consistía en cumplir todos los requisitos para poder sumarse a un grupo aún más selecto: el de los países que tienen como moneda común el euro. Y aunque todos sabían que se trataba de una empresa muy exigente, pocos podían pensar que el camino iba a ser tan tortuoso.

Tres años después, y pese a que habían sido varios los nuevos socios que habían manifestado su interés por adoptar el euro cuanto antes, únicamente Eslovenia lo ha conseguido.

Medio lleno

Este hecho puede provocar cierto desencanto no sólo entre estas naciones, sino también en el seno de la propia zona euro. Ahora bien, para la comunidad inversora puede resultar conveniente ver el vaso no medio vacío, sino medio lleno. O lo que es lo mismo, el retraso en la entrada de estas naciones en la eurozona equivale a que aún tienen deberes por hacer, algo que en el lenguaje financiero es sinónimo, en muchas ocasiones, de que aún hay oportunidades de inversión.

Y así es. Los nuevos socios incorporados en 2004, a los que se han unido este año Rumanía y Bulgaria, esconden atractivos para los ahorradores. Uno de ellos reside en la renta fija, como demuestran los datos de los fondos que dirigen su patrimonio hacia los bonos de la denominada Europea emergente.

En nuestro país se comercializan 14 productos de esta categoría, y en lo que va de año presentan ya una subida media del 1,3 por ciento. Las cifras resultan más espectaculares echando la vista un poco más atrás. En los doce últimos meses, la revalorización media se sitúa en el 4,5 por ciento, un porcentaje que crece hasta el 26,8 por ciento en los tres últimos años.

Estas subidas resaltan aún más en contraste con las que presentan los fondos de renta fija de la zona euro o Estados Unidos, donde las pérdidas han sido la tónica dominante en los últimos ejercicios.

Argumentos a favor

Para prolongar la positiva marcha que les viene acompañando en los últimos años, estos productos cuentan a su favor con dos argumentos principales. Por un lado, el mayor rendimiento que ofrecen los títulos de deuda pública de los países de Europa Central y del Este.

Por otro, el hecho de que los tipos de interés y los rendimientos de los bonos de estas naciones deben converger, porque así lo establece uno de los criterios de Maastricht, cuyo cumplimiento tiene la llave para que estos países acaben entrando en el euro. Esa convergencia implica que los tipos y las rentabilidades, que vienen de cotas más altas que los de la eurozona, desciendan.

Y esto obligará a que haya compras de bonos, porque el rendimiento de estos títulos sólo puede bajar si su precio sube con motivo de las compras.

Minimizar los riesgos

Tomando este marco general como telón de fondo, las gestoras criban posteriormente los países para minimizar los riesgos económicos y financieros.

En estos momentos, la apuesta de los fondos es clara, con Polonia y Hungría acaparando los mayores pesos dentro de las carteras. En el caso del Vontobel East European Bond, el peso de la renta fija polaca llega al 54,4 por ciento, y el de la húngara, al 21,1 por ciento.

Para Helge J. Pederse, economista jefe de la gestora Nordea, Polonia no podrá adoptar el euro hasta 2011, pero son la fortaleza de su economía y los mayores rendimientos de su deuda, que en el caso de los bonos a 10 años alcanza el 10 por ciento, los factores que les hacen tan importantes en las carteras.

En cuanto a Hungría, el más que posible inminente recorte de los tipos de interés, que ahora están en el 8 por ciento, está disparando las compras en las últimas semanas.

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