La todopoderosa Alemania chocó ayer contra la desunión europea. Y los hedge funds o fondos de inversión libre aprovecharon para tomarse un respiro ante la presión a la que les tiene sometidos el Gobierno de Berlín, qye acude a cada foro económico internacional decidido a regular el sector.
Ante la falta de consenso para atar en corto las operaciones estratosféricas de estos colosos planetarios de la inversión -o de la especulación, según sus detractores que engrosan las filas de la socialdemocracia europea-, Berlín ya se conforma con obligarles a autorregularse y dotarse de un código de conducta. Pero ni por ésas.
Alemania quiere más información
Los ministros de Economía y Finanzas de los 27 países de la UE se reunieron ayer en Bruselas con los fondos de inversión libre entre los puntos del orden del día, y sin grandes resultados al término del encuentro.
Alemania, que este semestre ejerce la presidencia rotativa de la UE y del grupo de los ocho países más industrializados (G8), intenta aprovechar ambas atalayas para forzar a los gestores de los hedge funds a facilitar más información sobre sus vertiginosas movilizaciones de capital y a ser más transparentes ante las autoridades de supervisión de la estabilidad de los mercados financieros, y frente a los inversores.
Hace apenas quince días, Peer Steinbrück, ministro alemán de Finanzas, aseguró al término de una reunión informal con el resto de sus homólogos europeos en Berlín que la UE había alcanzado un acuerdo para reclamar a los fondos de inversión libre un código de conducta sobre transparencia, para evitar que su capacidad de movilizar capitales pueda desestabilizar los mercados internacionales y degenerar en una crisis financiera mundial.
Steinbrück es miembro del partido socialdemócrata alemán, desde el que se ha equiparado a los hedge funds con una "plaga de langostas".
Sin acuerdo
Pero se trataba de una reunión informal y un debate sin actas. Cuando ayer los ministros de Economía y Finanzas de la UE se volvieron a reunir, esta vez en Bruselas y de manera formal, el resultado no fue el mismo. A la hora de redactar la posición común europea frente a los fondos de inversión libre, los conceptos de código de conducta y autorregulación se quedaron fuera de la declaración común de los 27 gobiernos europeos.
Steinbrück aseguró que nadie le contradice; el liberal irlandés Charlie McCreevy, comisario europeo de Mercado Interior, dijo no oponerse a la idea de la autorregulación aunque es un feroz opositor de ir más allá.
Y el vicepresidente español Pedro Solbes explicó que ya se verá si la UE termina por reclamar un código de conducta al sector; pero que de momento de lo que se trata es de dialogar con sus gestores sobre cómo hacerlo más transparente sin estrangular con cargas administrativas lo que él equipara con una "gallina de los huevos de oro".