Los mandos intermedios del fabricante de automóviles nipón han decidido echarle una mano a la compañía, que tampoco ha podido librarse de la caída de la demanda en todo el mundo. Según anunciado Toyota, parte de sus 2.200 ejecutivos copmrará, de forma voluntaria, coches de la firma en un intento por reactivar las ventas.
La peculiar iniciativa se llevará a cabo de cara al cierre del ejercicio fiscal del grupo automovilístico, que concluye el 31 de marzo, para minimizar el deterioro de sus cuentas.
Y es que las previsiones apuntan a que Toyota, el mayor fabricante de coches del munod, podría sufrir este año las primeras pérdidas operativas de su historia. El mercado espera que sus ingresos caigan un 18% frente al ejercicio anterior.