El Gobierno de Croacia declaró una crisis como consecuencia de la suspensión del suministro de gas ruso al país y con el fin de conseguir que los distribuidores reduzcan el flujo de gas hacia el sector industrial y prioricen el consumo de las familias, los colegios y los hospitales.
El viceprimer ministro, Damir Polancec, aseguró que "los ciudadanos conseguirán con certeza toda la cantidad de gas que necesitan". Por su parte, el primer ministro, Ivo Sanader, dijo que Croacia dispone de unas reservas 370 millones de metros cúbicos de gas que el Gobierno calcula que deberían durar unas tres semanas. En torno a un diez por ciento de esa cantidad pertenece a Eslovenia.
"No ha motivo para caer presas del pánico, pero es cierto que se necesita abordar seriamente este problema. No se prevén reducciones en el suministro para los ciudadanos", manifestó Sanader tras reunirse con representantes de la empresa gasística y petrolera INA y del operador de gasoductos Plinacro. El primer ministro señaló que una opción que se baraja si la situación empeora mucho es alargar las vacaciones escolares de la época navideña.