La Comisión Europea autorizó hoy con condiciones la adquisición de British Energy por la francesa EDF.
El visto bueno del Ejecutivo comunitario está supeditado a la venta dos plantas de generación de electricidad en Reino Unido y de ciertos volúmenes mínimos de electricidad en el mercado mayorista británico.
La compañía resultante deberá vender también un terreno preparado para albergar una nueva central nuclear en Reino Unido y poner fin a uno de los tres acuerdos de conexión a la red con la compañía propietaria de la misma, National Grid.
Con estas modificaciones, Bruselas concluyó que la operación no tendrá un impacto negativo sobre la competencia en el mercado comunitario.