"Si Cataluña se independizara, abandonaría la UE y la Organización Mundial de Comercio. Pasaría a ser un país tercero, con la aplicación de otros aranceles. Todas las facilidades que da el Banco Central Europeo desaparecerían, lo que es la principal razón por la que las sedes bancarias se han trasladado", explica el presidente del Gobierno.
"Se produciría una inflación desproporcionada, y eso conllevaría una contración del PIB de Cataluña de entre el 25 y el 30%, que provocaría una coyuntura económica insostenible", continúa.