La compañía aerolínea franco-holandesa va a revisar a la baja su oferta de vuelos para la próxima temporada de invierno ante la escalada del precio del petróleo que cada vez pesa más en sus cuentas, según la prensa francesa.
El rotativo galo La Tribune explicó que la dirección planea limitar el aumento de capacidades al 1,1% frente a más del 4% programado inicialmente, y que va a someter a un examen profundo de sus líneas, lo que acarreará el cierre de algunas y la supresión de vuelos.
Además, dentro del plan para hacer frente al encarecimiento del combustible, el grupo franco-holandés estudia deshacerse más rápidamente de lo previsto de su flota de aviones 747-400, menos eficientes en términos de consumo, y que en principio debían dejar de ser explotados en 2012.