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La tensión contra Rusia vuelve a las bolsas tras ser derribado un avión en Ucrania

El Ibex 35, que cedía 'solo' un 0,5%, cayó al cierre un 1,57% por el siniestro en el último cuarto de hora. El rebote que vivió el miércoles el Ibex fue más que efímero.

Tan solo un día después de que el selectivo lograse su mayor subida diaria desde marzo -aupado por los positivos datos macro llegados desde China y los resultados empresariales de EEUU-, la creciente tensión originada por el conflicto entre Rusia y Ucrania se encargó de inundar los mercados de volatilidad. Claro que el golpe final, el que no esperaba nadie, llegó a las 5.15 de la tarde, un cuarto de hora antes de que cerrara el mercado, cuando por entonces la banca era la encargada de hundir al Ibex un 0,5%. Sin embargo, la noticia de que un avión comercial de Malaysia Airlines con casi 300 personas a bordo había sido derribado al este de Ucrania por un misil, sobre el que aún se desconoce su pertenecencia, fue el detonante que tumbó al selectivo un 1,57%, hasta los 10.543 puntos. Malaysia Airlines es la misma aerolínea que vio cómo uno de sus aviones desaparecía en el Índico el pasado mes de marzo.

Antes incluso, las ventas ya eran protagonistas en toda Europa. La crisis bancaria de Portugal, con el grupo Espírito Santo a la cabeza, se dejó notar un día más sobre el resto de entidades financieras cotizadas sin importar su nacionalidad. En España, de hecho, las mayores caídas del selectivo -además de la de IAG, que sufrió el mayor descenso al caer un 3,4%-, las vivieron Popular, que cedió un 3,19%; CaixaBank, que retrocedió un 2,76%, y Sabadell, que se dejó un 1,79%.

También puso su granito de arena el Banco Central Europeo (BCE), al recordar al sector que todo aquel que suspenda los test de estrés que se celebrarán a la vuelta del verano deberá presentar sus planes de capital en noviembre. Acto y seguido, en Italia, Intesa Sanpaolo, uno de los bancos más grandes del país, anunció su intención de pedir prestados 13.000 millones de euros al regulador europeo que entran dentro de su programa TLTRO (el programa de préstamos del BCE destinado a fomentar el flujo de crédito al sector privado). Su petición se suma a las de Monte dei Paschi di y UniCredit. Todo ello se dejó notar, por supuesto, en la bolsa del país transalpino. Más que nada porque ésta fue la más penalizada de todo el Viejo Continente, al bajar un 2,21 por ciento.

Y por si la crisis que atraviesa la banca no fuera suficiente para llenar de incertidumbre el mercado, el caldo de cultivo que ayer acabó con ventas en todos los índices empezó a gestarse el miércoles por la noche, con los mercados ya cerrados, antes incluso de que ayer un misil derribara un avión de Malaysia Airlines -ver página 21-. Los encargados de añadir los ingredientes fueron los líderes de la Unión Europea, que el miércoles anunciaron la suspensión de la cooperación financiera con Rusia; junto a Estados Unidos, que también salió a la palestra para anunciar nuevas sanciones económicas a varios bancos y empresas rusas como castigo a la intervención de Rusia en el este de Ucrania.

Ninguna bolsa se salva

La bolsa española y la italiana no fueron las únicas que firmaron descensos ayer. Las ventas también llegaron a la francesa, que cedió otro 1,21%, mientras que la alemana y la belga retrocedieron un 1%.

En Estados Unidos el panorama no fue distinto. A pesar de los positivos datos macroeconómicos llegados del otro lado del charco -tanto los referidos al paro como la actividad manufacturera de Filadelfia fueron mejor de lo esperados-, Wall Street también se sumó al rojo en una jornada en la que el gigante Microsoft acaparó todas las miradas. La razón, el ajuste de plantilla que hará la tecnológica que incluye el despido de 18.000 empleados -un 14 por ciento de su fuerza laboral, principalmente ligados a su filial de Nokia, que compró el año pasado-.

No obstante, a pesar del susto que se vivió ayer en el mercado, lo que parece estar claro es que la tendencia alcista continúa. Así lo considera Rafael Romero, director de inversiones de Unicaja: "Hoy [por ayer] el mercado cae por Rusia, mañana será por otra cosa, y pasado subirá porque hay unos buenos resultados de alguna gran compañía (...). Es el mecanismo del mercado. ¿No han podido leer estos días la enorme ambigüedad en los mensajes de los bancos centrales? Puede que pase esto, o quizás lo otro? pero el mensaje final es que ellos están ahí para asegurar que si la ola te tira de la tabla, no salgas muy dañado si tomas algo de riesgo. Esto es cuestión de creérselo o no. Nosotros, por el momento, les creemos".

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