Los efectivos británicos desplegados en Goma, en el este de República Democrática del Congo (RDC), abandonarán la ciudad en las próximas horas, debido a la reanudación de los combates, según ha informado el Ministerio de Exteriores de Reino Unido
Londres ha informado de que este domingo revisará la situación de sus efectivos, ya que "un pequeño número" se ha visto afectados por los nuevos enfrentamientos, de acuerdo con la cadena británica BBC.
"Estamos muy preocupados por los últimos bombardeos sobre Goma y por la reanudación de la violencia. Es vital que las tensiones se reduzcan rápidamente", ha dicho, por su parte, el ministro de Exteriores para África, Mark Simmonds, en la red social Twitter.
El pasado viernes, las tropas de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en República Democrática del Congo (MONUSCO) bombardearon las posiciones del Movimiento 23 de Marzo (M23) en Goma, reavivando así el conflicto.
Los 'cascos azules' explicaron que respondieron a un bombardeo efectuado el día anterior por el M23, sin embargo, un portavoz de los rebeldes lo ha negado y ha acusado al Ejército de RDC de reanudar los enfrentamientos.
Según fuentes congoleñas consultadas por la cadena británica, al menos cinco civiles han muerto a causa de los bombardeos sobre Goma. La MONUSCO, por su parte, ha informado de la muerte de tres civiles en un ataque del M23.
El conflicto en RDC estalló en abril de 2012, cuando los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23), liderados por el general Bosco Ntaganda, acusado de crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional (TPI), retomaron las armas por el incumplimiento del acuerdo de paz de 2009.
El pasado mes de febrero, un total de once países africanos firmaron un acuerdo para poner fin al conflicto en el este de RDC. La 'hoja de ruta' incluye el despliegue de una fuerza internacional neutral, que se uniría a la MONUSCO.
En las últimas semanas, los combates se han reavivado, pero esta vez entre grupos armados rivales, algunos apoyados por Uganda --según Naciones Unidas-- que han dejado 100.000 desplazados internos, que se suman a los 2,6 millones que ya había.