
Jens Weidmann, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo y presidente del Bundesbank, ha comparado hoy a los países endeudados con un alcohólico. Preguntado por si el BCE está dispuesto a incrementar la compra de bonos para ayudar a los Estados con problemas, Weidmann ha señalado que sería como dar un último trago a un alcohólico. No obstante, la clave para acabar con la crisis es que el BCE diga que hará todo lo posible para que La Eurozona no caiga.
"Es como un alchólico diciendo que a partir de mañana va a estar limpio y a respetar las reglas, pero que esta noche necesita beber" apunta. "No creo que sea bueno darle al alcohólico una botella. No serviría para ayudarle a resolver su problema", ha precisado Weidmann en declaraciones que recoge Reuters.
En un encuentro con periodistas esta última noche en Fráncfort, Weidmann ha defenido la independencia del BCE, que podría cuestionarse con una intervención a gran escala, con la compra ilimitada de deuda soberana, y ha considerado que el banco central vive de un capital social, que es la independencia de la política monetaria y fiscal.
Estados Unidos y Gran Bretaña han presionado al BCE en las últimas semanas para que juegue un papel más importante en la lucha contra la crisis de la zona euro, e incluso algunos políticos en el bloque de los 17 países quieren que actúe como prestamista de última instancia para los gobiernos.
Sin embargo, Weidmann recuerda que el mandato del BCE le impide embarcarse en compras de bonos ilimitados. "Creo que es extraño que uno pueda ganar confianza rompiendo las reglas", ha apuntado en este sentido.
Por eso, ha instado a los países del euro a sanear sus cuentas, aplicar las reformas estructurales necesarias y mejorar la arquitectura de la Unión Monetaria.
El BCE ha comprado hasta ahora deuda soberana de los países de la zona del euro con dificultades de financiación por valor de 207.000 millones de euros.
Fondos al FMI
Los países de la Unión Europea llegaron a un acuerdo la semana pasada para profundizar la integración fiscal de la Eurozona y prestar hasta 200.000 millones al FMI para combatir la crisis de deuda.
Respecto a la aportación de fondos al FMI, Weidmann ha señalado que sólo proporcionará más dinero si los países de fuera de Europa también lo hacen.
El Bundesbank está dispuesto a incrementar las líneas de crédito para el FMI, para afrontar crisis financieras, pero con severas condiciones para evitar que se produzca una financiación de Estados, algo que prohíbe el Tratado de Maastricht al Banco Central Europeo (BCE).
¿Volver al marco?
Durante su intervención, Weidmann también ha precisado que el Gobierno alemán defiende el euro como una divisa estable y ha calificado de absurda la idea de volver al marco alemán.
"Los únicos marcos que tiene el Bundesbank están en el museo del dinero", ha señalado por otra parte Weidmann en alusión a la posibilidad de volver a la divisa nacional anterior y para descartar que exista un plan B.
Asimismo ha hecho hincapié en la importancia de que las insitituciones y los líderes europeos mantengan la credibilidad: "Si un huevo se rompe, será muy difícil juntarlo de nuevo, y eso es lo que estamos viendo en la unión monetaria".