De un tiempo a esta parte, la salud de Steve Jobs, el que fuera consejero delegado y co fundador del imperio de la manzana, Apple Inc, ha sido objeto de todo tipo de rumorología, dada la desmejorada y lánguida figura que el creador del iPhone mostró en sus últimas apariciones públicas. Finalmente, un de los genios de los últimos tiempos ha fallecido tras una larga enfermedad.
El músico Barry Adamson declaró una vez a un diario británico que "Apple es como una extraña droga de la que siempre quieres más. No deberían llamarlo Mac, deberían llamarlo Crack". Estas palabras reflejan a la perfección la lealtad de los más de 25 millones de usuarios que la compañía tiene repartidos a lo largo de todo el mundo.Parece mentira que cuando la primera generación de iPods salió al mercado, allá por noviembre de 2001, sorprendía su capacidad de almacenar sólo mil canciones. Desde entonces, Apple no ha tardado en lanzar nuevas versiones, desde el mini o el shuffle hasta el nano o el touch. Pero sus hijos pródigos han sido el iPhone, cuya última generación fue presentada ayer por Tim Cook y el iPad, ya en su segunda generación.
Las distintas familias de ordenadores personales, desde aquel Apple I creado en el mítico garaje por Steven Wozniak y Steve Jobs en 1976, han acumulado una lista de adeptos interminable. En 1984 fue el Mac, la primera computadora personal de consumo masivo en utilizar un sistema operativo basado en un sistema de iconos gráficos. Más tarde llegaron el MacBook o el AirBook.
Desde su nacimiento hace tres décadas, Apple ha sabido rodearse de una lealtad tan característica que se ha convertido incluso en un cliché. Muchos se refieren a los consumidores de sus productos como adictos a Mac, Appleholics o miembros del culto a Apple, entre otras lindezas. Lo cierto es que la comunidad de usuarios es con diferencia la mayor subcultura informática de nuestros tiempos. No existe otro ordenador que inspire a sus seguidores a tatuarse su logotipo en el brazo, personalizar sus licencias, almacenar antiguas máquinas para crear un museo o describirse a sí mismos como fanáticos, locos por la diversidad de gadgets de Apple.
La clave está en la marca
La pregunta que muchos se formulan es qué hace que los usuarios de cualquiera de los productos de la compañía caigan en una ciega fidelidad que no abandonan en la vida. Los expertos de marketing señalan que su marca, esa inolvidable y siempre cosmopolita manzana mordida, es el secreto del éxito. Los psicólogos apuntan que, a través de Apple, se han fomentado las relaciones sociales. La simplicidad y simpatía que desprende es una nota común en todos sus usuarios.
Chris Espinosa, uno de los primeros trabajadores que contrató la compañía, explica que "si ves a alguien en el aeropuerto de Londres, o en alguna ciudad de Perú con el símbolo de Apple en su mochila o en su camiseta y tú también eres usuario, ten por seguro que acabas de conseguir un nuevo amigo".
Es cierto que para un novel en la materia, la tienda Apple de Nueva York resulta muy interesante. La entrada por Prince Street se asemeja a un templo griego y en su interior una multitud de personas, en su mayoría jóvenes, prueba los distintos dispositivos que la compañía tiene a la venta, mientras los amables empleados se encargan de introducir a los inexpertos en la innovadora cultura de la manzana.
Jane Mullen, un ama de casa de 45 años, se sienta atónita en el suelo, sin parar de apuntar en su libreta, mientras un maestro de los iPods desvela, completamente gratis, cómo sacar el mayor partido al aparato. En las grandes mesas plagadas de ordenadores, los visitantes pueden consultar su correo electrónico, descargar música o simplemente tener su primer acercamiento a las máquinas de la compañía.
Si se suben la escaleras, se llega a un foro donde se ofrecen cursos gratuitos que enseñan a construir una web, grabar una canción o editar un vídeo, entre muchas otras posibilidades. El centro también cuenta con un departamento conocido como el estudio, donde los más intrépidos pueden consultar individualmente con los expertos de la tienda cómo mejorar sus presentaciones de empresa, su revista o su álbum de fotos.
En una de las paredes de la sede de la compañía en Cupertino (California) se puede leer "Aquí estamos los locos, los rebeldes, los problemáticos, las piezas redondas en los agujeros rectangulares". Un mantra que formó parte de una campaña de publicidad y que define a la perfección el lema de la compañía: piensa diferente.
Subcultura
Steve Jobs, cofundador de Apple, se convirtió en el líder de una subcultura que aúna a un grupo de usuarios que no comparten sólo un tipo de máquina, sino una forma de vida, unos rituales y una forma de ser. La marca de la compañía es sinónimo de creatividad, de libertad y de disconformidad.
La personalidad del creador del universo Apple está seriamente ligada a todos los productos que su compañía ofrece. El fiel seguimiento a Jobs y a su séquito de productos se personifica a través de la exposición bianual, MacWorld, que tiene lugar en las ciudades de San Francisco y Boston.
Uno de los eternos dilemas que se plantean dentro del núcleo de la manzana es si la sucesión de Jobs apagará la magia de Apple. El profesor de la escuela de negocios de Harvard, Rakesh Khurana, experto en el tema, explica que "incluso aunque exista una persona con las mismas cualidades que Jobs, la compañía nunca volverá a ser tan animada o auténtica como puede serlo dirigida por uno de sus fundadores". "La etapa en la que Jobs se ausentó de Apple, allá por el año 1985, fue una de los peores periodos en la historia de la compañía. Hasta su vuelta en 1997, no recuperó su trayectoria positiva", añade.
Jobs ha tenido la capacidad de convertir una empresa informática en un fenómeno cultural, aseguran los analistas, y eso es "un elemento muy poderoso". La tez blanquecina de sus auriculares y ordenadores, sus formas redondeadas y sus diseños se han convertido en verdaderos elementos de moda. Leander Kahney, periodista de la revista Wired News, publicó un sorprendente libro hace dos años, El Culto a Mac.
Una obra de 376 páginas en la que se recogen los estamentos en los que se basa la cultura de los usuarios. De hecho, los aparatos de la compañía son los más vistos en las series y películas estadounidenses. Según un estudio de Nielsen Media, los productos de Apple han aparecido alrededor de 250 veces en la televisión norteamericana en los últimos cuatro meses sin que haya tenido que desembolsar dinero por ello. Desde Sexo en Nueva York hasta CSI: Nueva York o 24 se han dejado seducir por la manzana. Lucian James, presidente de Agenda, una firma consultora de marcas, declaraba en la prensa estadounidense que "Apple es el logo de la gente creativa, el uso de sus productos es sinónimo de alusión artística".
Incluso fuera del panorama mediático, productos como el iPod se han convertido en poderosas herramientas laborales. PodTraining, una compañía de Tejas, ha desarrollado programas de preparación laboral mediante vídeos que pueden visualizarse a través del dispositivo. Pumppod es un entrenador personal de bolsillo.
La tienda online de música y vídeos de Apple, iTunes, se ha convertido en un hervidero cultural y en la esperanza contra la piratería. Jobs bromeó en su día: "Hemos vencido a McDonalds", que tardó ocho años en vender esta misma cantidad de hamburguesas.
Para los 'buenos'
El sociólogo y escritor Umberto Eco asegura que "Mac es católico mientras Microsoft es protestante". Mediante esta comparación de connotación religiosa, Eco viene a decir que Mac es "sonriente, alegre, conciliador", en comparación con Microsoft, que apenas guía a sus usuarios. Añade que los Mac "serán fieles a la hora de guiarte a alcanzar, si no el cielo, el momento en que el documento final es impreso".
El psicólogo clínico, Ross Goldstein, de la firma de investigación de mercados B/R/S Group, hizo un estudio sobre los clientes de Apple. Para ello reunió a un grupo de usuarios de Mac, con la condición de que deberían acceder a considerar el cambio a Windows en caso de que Apple desapareciera del mercado. En el momento en que la sesión comenzó, todos se echaron atrás y afirmaron que en su vida considerarían cambiar a otra marca o sistema operativo. "Es sorprendente porque todos ellos habían sido elegidos porque podrían considerar la opción del cambio, pero juraron que serían usuarios de Apple hasta el final de su vida", dice Goldstein. "El grado de lealtad a la plataforma y todo lo que representa es muy profundo y fascinante", añade.
En la otra cara de la moneda se encuentra Microsoft, el oscuro enemigo. Para los usuarios de Mac, Apple representa todo lo que Microsoft no es. Apple es innovador, Microsoft copia. Apple presenta productos contundentes, Microsoft no. Apple es creatividad e individualidad, mientras que Microsoft es puro negocio. Apple es el pequeño perro simpático, Microsoft es el gran depredador.