La responsabilidad del futuro de Grecia y de Europa recae hoy sobre los hombros del Parlamento heleno, llamado a votar este miércoles unas dolorosas medidas fiscales para seguir recibiendo ayuda externa y evitar que se declare en quiebra.
El objeto de la votación es un nuevo paquete de medidas con las que el Gobierno griego aspira recaudar 78.000 millones de euros hasta 2015 para reducir su enorme déficit y hacer sostenible su deuda, que supera los 355.000 millones de euros.
El jefe del Gobierno, el socialista Yorgos Papandréu, y su nuevo ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, han instado a los 155 diputados de su partido, el gobernante PASOK, a que hagan "su deber patriótico" y a que apoyen esas medidas que son "dolorosas, pero necesarias".