La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, mantuvo su popularidad alta días después de su primera crisis en el gobierno con la dimisión del ministro jefe de gabinete Antonio Palocci y un escenario de inflación en alza, reveló un sondeo divulgado el sábado.
La presidenta, que asumió en enero, obtuvo la aprobación de 49% de los brasileños que consideraron a su gobierno bueno o muy bueno.
En marzo, con tres meses en el poder, ese nivel estaba en 47%, informó el diario Folha de Sao Paulo, que divulgó parcialmente el resultado del sondeo de la encuestadora Datafolha, que publicará íntegro el domingo.
El sondeo indica que la mayoría de los brasileños quiere que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva opine en las decisiones de la mandataria, según el rotativo.
La encuesta fue realizada el jueves y viernes, dos días después de la dimisión el martes del ministro Antonio Palocci, acusado de haber multiplicado su patrimonio en los últimos años haciendo consultoría privada cuando fue diputado y también coordinador de la campaña de Rousseff.