El conservador belga Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, se ha sumado este martes al coro de voces que rechazan que la UE orqueste una reestructuración de la deuda pública griega, incluso aunque sea suave: limitada a alargar voluntariamente el plazo de devolución de los bonos en poder de la banca y otros titulares privados del papel heleno.
"Atravesamos tiempos difíciles, en particular, pero no sólo, en Grecia. Ha habido mucho debate público sobre como tratar la carga de la deuda griega. Hay un peligro real de que una forma u otra de reestructuración de la deuda o de reprogramación de los pagos agrave la situación, ya que los riesgos de fracaso de tales operaciones son enormes comparados con los beneficios potenciales", ha asegurado este martes Van Rompuy, en una intervención durante la celebración en París del cincuenta aniversario de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
"Tenemos líneas rojas claras: evitar un impago y evitar un acontecimiento relevante (credit event). Por ello, el énfasis debe continuar sobre aplicar las reformas duras pero necesarias para modernizar Grecia y crear las bases para un crecimiento y un empleo sostenibles", ha añadido el responsable comunitario.
