La Unión Europea sopesan pedir a los bancos y a las aseguradoras comunitarios que participen en el segundo plan de rescate de Grecia para evitar que sean los países de la eurozona los que tengan que asumir toda la carga de la nueva ayuda, según han explicado a Europa Press fuentes europeas.
Los socios de la eurozona ven inevitable este segundo plan de rescate, que se sumaría al actual de 110.000 millones de euros, por considerar que Atenas no podrá lograr financiación en los mercados el año que viene como estaba previsto por el agravamiento de su crisis de deuda. El nuevo rescate podría ascender a 60.000 millones de euros, según diversas estimaciones.
En concreto, los Gobiernos europeos quieren que las entidades financieras comunitarias, incluyendo las griegas, prorroguen el plazo de devolución de los préstamos concedidos a Atenas y compren los bonos griegos emitidos durante el periodo que dure el segundo rescate.